Vía libre para Rajoy hasta el año 2020

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo BAreño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Emilio Naranjo | efe

Salva el escollo más difícil, afronta ahora fortalecido el debate de la nación y se lo jugará todo en las municipales del 2019

24 may 2018 . Actualizado a las 07:13 h.

La aprobación de los Presupuestos con el respaldo del PNV despeja el camino para que Rajoy agote la legislatura y se mantenga en la presidencia del Gobierno hasta el año 2020. Aunque el Gobierno cree posible aprobar también las cuentas públicas del 2019 y trabaja ya para fijar un techo de gasto para ese ejercicio, podría prorrogar los próximos Presupuestos en caso de que Ciudadanos o el PNV le retiraran su apoyo y convocar comicios para el 2020. El distanciamiento con Albert Rivera va a ir en aumento, pero para Rajoy Ciudadanos ya no es imprescindible, dado que su apoyo a una moción de censura está descartado. El objetivo último del presidente es presentarse en el 2020 con la cifra mil veces repetida de que en España haya 20 millones de cotizantes en la Seguridad Social, hito nunca antes alcanzado.

Rajoy gana el duelo

Victoria política. La estrategia de Rajoy de mantener la calma cuando en su partido lo daban ya todo por perdido ha resultado la acertada. En su momento de mayor debilitad, con el frente de Cataluña abierto como nunca, asediado por los casos de corrupción que afectan al PP y con Albert Rivera marcando distancias con la vista puesta en las elecciones, ha sido capaz de sumar de nuevo el voto de dos partidos aparentemente incompatibles, PNV y Ciudadanos, para cerrar el escollo más difícil de la legislatura. El PP afronta ahora las autonómicas y municipales del 2019 con graves dificultades, en especial por la inminente sentencia del caso Gürtel, pero con mucha más confianza. El futuro de Rajoy se decidirá en función del resultado de esos comicios.

Retomar la iniciativa

Propuestas sociales. Solventado el desafío de los Presupuestos, Rajoy se dispone ahora a tomar la iniciativa política de cara al apretado calendario electoral, con la presentación en el Congreso de propuestas sociales que tengan que ser apoyadas por la mayoría de los grupos de la oposición, como la subida del salario mínimo interprofesional, reforzando así la imagen de estabilidad política de su Gobierno, pero también la idea de que la recuperación económica llega por fin, aunque haya tardado, al bolsillo de los que más lo necesitan.

Siguiente objetivo

Debate de la nación. El paso siguiente en la estrategia de Rajoy es convocar de inmediato un debate de la nación en el que podrá presentarse como un político capaz de lograr acuerdos entre fuerzas muy diversas y de mantener la estabilidad pese al acoso de todos los grupos de izquierda y de los partidos nacionalistas, frente a una oposición muy debilitada por su incapacidad para tumbar a un Gobierno que cuenta solo con 134 escaños.

Financiación

Dificultades. Mucho más difícil lo tiene Rajoy para lograr su tercer gran objetivo antes del fin de la legislatura: la aprobación de un nuevo modelo de financiación autonómica. Aunque barones del PP como Alberto Núñez Feijoo y también socialistas como Susana Díaz se muestran dispuestos a aprobar un nuevo sistema sin esperar a que el independentismo recupere el Gobierno de la Generalitat, Rajoy considera que dar ese paso dificultaría enormemente volver a la normalidad democrática en Cataluña. Caso distinto sería el de que, una vez recuperado el Gobierno, los independentistas se negaran a participar en el consenso, exigiendo una negociación bilateral. En esa tesitura, el modelo se aprobaría sin contar con Cataluña.

Sin prisas para el 155

El Supremo puede ayudar. El hecho de tener las cuentas públicas cerradas reduce la presión para retirar cuanto antes el 155 en Cataluña. Las prisas de Rajoy se debían exclusivamente a las exigencias del PNV. Ahora, está en una posición de fuerza y solo en el caso de que Joaquim Torra nombre un Ejecutivo sin presos ni fugados el Gobierno central se retirará de Cataluña. En esa tarea le puede ayudar pronto el Tribunal Supremo, dado que en cuanto confirme el procesamiento por rebelión de Jordi Turull, Josep Rull y Toni Comín serán inhabilitados para el cargo de consejeros, aunque quedaría el caso de Lluís Puig, fugado en Bruselas, pero que no será inhabilitado al no estar acusado de rebelión.

División nacionalista

El PNV no quiere elecciones. Aunque amplios sectores del PNV apostaban por no ceder ante el Gobierno hasta que retirara el artículo 155, el lendakari, Íñigo Urkullu, estaba ya muy decepcionado con Puigdemont, al que trató de salvar en su día actuando de mediador con el Gobierno. Pero la elección de Joaquim Torra y su empeño en apostar por mantener el conflicto en lugar de por la recuperación de la autonomía hizo que el PNV se decantara por el pacto con el Ejecutivo. En esa posición ha pesado, además del fuerte incremento logrado en las inversiones en el País Vasco, el temor a que el fracaso de Rajoy le llevara a adelantar las elecciones. Algo que podría acelerar la llegada de Ciudadanos al Gobierno, y con el peligro de que los votos del PNV pasaran a ser irrelevantes.