Ignacio González, la mano derecha de Esperanza Aguirre y su gran decepción

M. C. C. REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA

Javier López | EFE

Su fin llegó el pasado 19 de abril, cuando fue detenido en el marco de la operación Lezo y acusado de casi una decena de delitos

08 nov 2017 . Actualizado a las 07:47 h.

Para el PP madrileño, Ignacio González (Madrid 1960) fue durante muchos años simplemente Nacho, el hombre de confianza de Esperanza Aguirre, su mano derecha y su más fiel defensor. González construyó su carrera política a su sombra. Conoció a Aguirre con solo 24 años en el Ayuntamiento de Madrid y acabó teniendo con ella una relación familiar, de confianza que iba mucho más allá de lo estrictamente político. La expresidenta madrileña nunca dio crédito a los desmanes de su delfín, que fueron muchos, hasta que la situación se hizo insostenible y la operación Lezo llevó de cabeza a González a prisión. Entonces Aguirre lloró ante las cámaras. Nacho, su Nacho, la había decepcionado y traicionado. 

La caída de González fue la crónica de una muerte anunciada. Tras casi tres décadas ocupando innumerables cargos públicos, entre los que destacan el de presidente de la Comunidad de Madrid o el de secretario general del PP en este territorio, el principio del fin llegó en los comicios autonómicos del 2015, cuando González aspiraba a ser reelegido a la presidencia del Gobierno autonómico, pero Rajoy, con el que nunca tuvo sintonía, apostó por Cristina Cifuentes. González acababa de ser imputado al conocerse que, tras alquilar un lujoso ático en Marbella durante un tiempo, lo adquirió por 770.000 euros, una cifra muy por debajo de su valor real, que rondaba los 1,3 millones. Estallaba el caso Ático.

En nombre de González ya estaba manchado con la trama destapada en la Comunidad de Madrid, una especie de servicio secreto para espiar a rivales políticos que el propio González sufrió en sus carnes y que le llevó a ser objeto de seguimiento en un viaje a Colombia como mandamás del Canal de Isabel II. Desde allí se difundieron unas imágenes del político con unas sospechosas bolsas de plástico que dijo que eran toallas. Otros, que se trataba de dinero negro.

El fin de González llegó el pasado 19 de abril, cuando fue detenido en el marco de la operación Lezo y acusado de casi una decena de delitos. La denuncia presentada por su sucesora, Cristina Cifuentes, sobre el quebranto patrimonial que supuso para el Canal de Isabel II la compra de la ruinosa sociedad Emissão Engenharia e Construções, que supuso un agujero de 25 millones para las arcas públicas, acabó con el que fue todopoderoso hombre fuerte del PP de Madrid en la cárcel, que ahora podrá evitar si consigue reunir la cantidad de 400.000 euros.