Caso Lezo, un nido de amistades peligrosas

RAMÓN GORRIARÁN MADRID / COLPISA

ESPAÑA

La investigación que ha llevado a prisión al expresidente madrileño Ignacio González pone de relieve una red de conexiones y oscuros manejos que salpica a Justicia, Interior y la Fiscalía

30 abr 2017 . Actualizado a las 09:21 h.

El sumario de la operación Lezo y las conversaciones grabadas a los protagonistas de la trama han sacado a la luz un entramado de amistades, negocios y presiones que han dado un empujón al descreimiento institucional y han cargado de razones a quienes piensan que la corrupción es el mayor problema nacional. El principal encausado, Ignacio González, no tuvo reparo en reconocer a preguntas del fiscal Carlos Iañez que se había puesto en contacto con «jueces y fiscales amigos» para ver cómo iban las causas que le afectaban, aunque matizó que se refería al caso del ático de Marbella.

Un colegueo -el expresidente madrileño comenta con el exministro Eduardo Zaplana que el juez Eloy Velasco debería irse a «escarbar cebollinos»- que deja en mal lugar la independencia de la judicatura y la Fiscalía, y pone en entredicho el recto proceder de los ministerios de Interior y de Justicia.

Rafael Catalá

Viejos compañeros. González y Catalá se conocen desde 1996, y compartieron segundos escalones y comisión de subsecretarios en el Gobierno de Aznar: el expresidente madrileño fue secretario de Administración Pública y delegado para Extranjería y la Inmigración; el hoy ministro fue subsecretario de Hacienda y secretario de Justicia. Cuando el PP pierde las elecciones del 2004, el primero ya estaba instalado en la vicepresidencia de la Comunidad de Madrid y no dejó en la estacada a su colega, lo nombró director-gerente del hospital Ramón y Cajal de Madrid. Sus vínculos se mantuvieron durante estos años, aunque ahora el ministro de Justicia reniegue de su amigo encarcelado y diga que solo tienen «una relación de personalidad; no una relación de amistad». Es su explicación para desvirtuar el mensaje que envió al expresidente madrileño en noviembre pasado: «Gracias Nacho. Un fuerte abrazo. Ojalá se cierren pronto los líos». Catalá dice que se refería a la inestable situación política, pero para entonces la inestabilidad ya había desaparecido, Rajoy había sido investido y formado Gobierno. Más parece que líos eran los que tenía González con la investigación judicial por la compra de su ático de lujo en Marbella.

Enrique Cerezo

Unidos por el fútbol y el ático. Así se apunta en una charla con el presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, con quien ambos comparten amistad. Catalá acudió a la final de la Champions League del año pasado que jugaron los colchoneros en Milán invitado por Cerezo, que para entonces ya estaba imputado en el caso del ático de Marbella (los investigadores sospechan que fue el comprador), y González, desesperado, confiesa en una conversación con el también productor de cine que no sabe qué hacer para detener la investigación del ático: «Mira, yo ya estoy hasta los cojones, o sea, decidme, aquí qué queda, ¿pegarle dos tiros al juez? ¿Qué alternativas tengo? ¿No se puede hablar con el fiscal?» Y Cerezo responde: «Volveremos a hablar con este a primeros de septiembre». La charla se produjo dos días antes de que el ministro de Justicia diera ánimos a González por los «líos».

Eduardo Zaplana

Buscando juez. Las pruebas obtenidas en la investigación apuntan a una estrecha camaradería entre el exministro Eduardo Zaplana y el expresidente autonómico. Hablan con mucha frecuencia, y no era extraño verles tomando un café en las terrazas de los bares de la Puerta de Alcalá, cercana al despacho de abogados que abrió González frente al parque de El Retiro, el mismo en el que el juez ordenó colocar un micrófono que a la postre ha sido la perdición del expresidente. El exministro se refugió en un discreto segundo plano desde el 2008, pero entre bambalinas estaba en muchas salsas y tenía información de primera mano de lo que se cocía en el Gobierno. Se enteró por González con tres meses de antelación de que Manuel Moix iba a ser el fiscal Anticorrupción, un ascenso que le pareció «cojonudo» porque era a sus ojos «un tío serio», además de afín al PP. Ambos analizaron qué hacer con el juez instructor de la operación Lezo, y llegaron a la conclusión que lo mejor era el regreso del magistrado titular de la plaza, Manuel García-Castellón, porque «el problema», según Zaplana, está «en la instrucción» de Eloy Velasco, al que González, más expeditivo, propone «mandar a tomar por culo a Onteniente y que venga el titular». En esa misma charla, el expresidente da unas pinceladas de su visión de la Justicia y subraya que cuando eres el objetivo de una investigación es fundamental el control del «aparato del Estado y los medios de comunicación» porque «o los tienes controlados o estás muerto».

Manuel Moix

Fiscal para todo. El fiscal jefe Anticorrupción, Manuel Moix, ha hecho buena parte de su carrera en paralelo al principal encausado. En el 2003 es nombrado fiscal jefe de Madrid, hasta que en el 2015, con Catalá ya en el ministerio, asciende al Tribunal Supremo. En la Fiscalía madrileña archivó la denuncia de unos vecinos contra la construcción de un campo de golf en unos terrenos del Canal de Isabel II en Madrid, en la que participó Tecnoconcret, empresa en la que era accionista Pablo González, hermano del expresidente. Moix logró que fuera sobreseído en primera instancia el caso de los espías en la Comunidad de Madrid en el que González tenía un turbio papel. En Anticorrupción, una de sus primeras actuaciones ha sido tratar de evitar, sin éxito esta vez, uno de los registros más delicados para el expresidente.

José Antonio Nieto

Desde Córdoba. El número dos de Interior dice que recibió en su despacho a Pablo González poco después de que este supiera que estaba siendo investigado por su insistencia en saludarle, no porque fueran amigos. Pero el hermano de Ignacio González tiene una relación con Nieto que viene de atrás. Como alto cargo de Mercasa fue vicepresidente de Mercacórdoba y era habitual verle por el Ayuntamiento cuando el hoy secretario de Seguridad era alcalde de esa ciudad.