Íñigo Errejón: «Pablo Iglesias es el secretario general de Podemos y lo va a seguir siendo»

ander azpiroz MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Santi Donaire | EFE

Defiende la transversalidad frente a un partido que se «arrincone» en la izquierda y la protesta

05 feb 2017 . Actualizado a las 12:22 h.

Íñigo Errejón (Madrid, 1983) ha dado un paso al frente para dar «la batalla de las ideas» en Vistalegre II. Lo ha hecho para defender la transversalidad como única forma de alcanzar el poder y para alertar sobre el peligro de «arrinconarse» en las posiciones de la izquierda tradicional y de la protesta.

-¿Qué se juega Podemos en Vistalegre II?

-Nos jugamos la posibilidad de construir una organización madura. A estas alturas nadie discute que hemos cambiado la política española, pero yo no me conformo con eso. Ya hemos sido capaces de plantar cara a los privilegiados y ahora toca la segunda parte de la tarea. Y esta consiste en convencer a los millones de españoles que todavía no confían en nosotros de que tenemos un proyecto de país en el que se están incluidos. También debatimos si Podemos se encierra en sí mismo y se convierte en una organización de resistencia o si mantenemos una vocación de mayorías.

-Entonces no es una lucha solo por el liderazgo del partido como ha sostenido en los últimos días Pablo Iglesias.

-No lo es. De hecho, solo hay una candidatura con posibilidades a la secretaría general, que es la de Pablo [Iglesias]. Temo a veces que aquellos que quieren hablar sobre nombres nos impidan discutir de lo fundamental, que es el rumbo político. En Podemos se acabó el tiempo del todo o nada, del conmigo o contra mí y de la cultura del presidencialismo. Hay que madurar hacia una organización compleja, plural y democrática.

-¿Tan profundas son las diferencias con Pablo Iglesias como para haber llegado a Vistalegre II tan desunidos?

-La primera condición de las primarias es que haya proyectos diferentes. Hay que plantearse que quizá haya una contradicción entre querer organizaciones políticas democráticas y que luego los debates que se den en ellas se interpreten como el apocalipsis. No me cabe la menor duda de que en Podemos vamos a seguir trabajando juntos el día después de nuestro congreso.

-Insiste en que una vez finalice el congreso todos deben remar juntos. ¿De verdad eso será posible después de las discusiones tan profundas que están manteniendo?

-Creo que me he esforzado a lo largo de todo este proceso para establecer las condiciones no solo para que Pablo siga al frente del partido, sino también para que podamos trabajar juntos escogiendo las mejores ideas y compañeros. ¿Seguiremos todos en las mismas posiciones? Probablemente no. Seguramente se moverán las posiciones como resultado de lo que decidan las bases. Yo asumo que podría no desempeñar las mismas funciones si así lo decide la gente con sus votos y creo que esto es una demostración de honestidad.

-¿No cree que la imagen de las últimas semanas puede haber decepcionado a muchos de sus votantes?

-No es una buena imagen. hay que hacer una autocrítica con respecto a la necesaria prudencia. Creo que el paso atrás de Nacho Álvarez y Carolina Bescansa es un toque de atención que nos dice que hay que llevar a cabo los procesos de otra forma.

-Pablo Iglesias ha insistido en que dará un paso al lado si su proyecto es derrotado en Vistalegre II. ¿Qué ocurriría entonces?

-Pablo es el secretario general de Podemos ahora y lo va a seguir siendo. Otra cosa es que uno en campaña diga las cosas que considera más necesarias o más útiles. Nadie le está disputando el liderazgo de Podemos. En el remotísimo caso de que eso se produjera, yo por supuesto, pondría mi cargo a disposición del partido.