Los independentistas compiten entre sí por acelerar la convocatoria del referendo

Cristian Reino BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

MARTA PÉREZ | efe

El Gobierno les advierte que sea cual sea la fecha en ningún caso habrá consulta

01 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El referendo sobre la independencia de Cataluña todavía no tiene fecha, pero la Generalitat ya reconoce que quiere celebrarlo cuanto antes. El visto bueno de la CUP a las cuentas del Ejecutivo catalán, el caso Vidal y el juicio de Mas, que comienza el próximo lunes, han acelerado de golpe la legislatura catalana y cada vez son más las voces autorizadas del independentismo que apuestan por adelantar a primavera, probablemente al mes de junio, la convocatoria de la consulta soberanista, que en principio debería organizarse como muy tarde en la segunda quincena de septiembre.

El Gobierno catalán admitió ayer oficialmente que la fecha del referendo está al «servicio de la estrategia» del independentismo en su desafío al resto de España. De momento, desde la Generalitat no quieren dar pistas sobre el día porque consideran que sería darle una información muy valiosa a la Moncloa, que hará todo lo que esté en su mano para que la votación no se celebre. Así lo confirmaron ayer tanto el presidente como la vicepresidenta del Gobierno, quienes reiteraron, una vez más, que el referendo es ilegal y que, por lo tanto, en ningún caso se celebrará. Soraya Sáenz de Santamaría aseguró que el referendo «es exactamente igual de inconstitucional» se adelante o no de fechas, y pidió al vicepresidente del Gobierno de Cataluña, Oriol Junqueras, que «vuelva a la senda de la Constitución».

Pero en la Generalitat hacen oídos sordos y siguen a lo suyo. «Tenemos un horizonte que es la segunda quincena de septiembre. ¿Se puede hacer antes? Evidentemente. Si la excepcionalidad así lo aconseja», afirmó la consejera de la Presidencia, Neus Munté. «Viviremos circunstancias muy excepcionales como consecuencia de la judicialización de la política catalana, así que podríamos replantearnos el calendario», añadió. Pero este avance solo se produciría si la Administración catalana lo ve «oportuno».

Al igual que había dicho el día anterior, Oriol Junqueras reiteró ayer que «la mejor respuesta a la inhabilitación de Forcadell sería avanzar la consulta». La tercera voz que se posicionó a favor de acelerar el proceso fue Artur Mas, presidente del PDECat. «Se hará como máximo en septiembre, o incluso puede ser antes, en torno al verano. No será ahora en febrero ni en marzo. Puede ser en septiembre o antes, y como agosto no puede ser, ustedes mismos», dijo en Onda Cero.

A la espera de los juicios

La Generalitat fía el desenlace de la legislatura al efecto que las posibles condenas a Artur Mas, Joanna Ortega, Irene Rigau, Francesc Homs y Carme Forcadell puedan tener en la movilización de las bases independentistas. Tensionar la calle para convocar la consulta en un clima de máximo enfrentamiento ambiental con el Gobierno central, para que nadie se quede en casa en el supuesto de que haya votación, aunque sea una reedición del 9N, y también pensando en las elecciones que se convocarían a continuación, que podrían tener un cierto carácter plebiscitario como las del 27S del 2015.

La fecha que maneja la CUP para la celebración del referendo es el mes de junio y una vez más todo el independentismo parece que baila al son que marcan los anticapitalistas, que fueron los primeros que plantearon el debate sobre el adelanto de la consulta y han conseguido que el PDECat y Esquerra entren de lleno, como en una competición por demostrar quién tiene más ganas de que se celebre la votación, cuando en teoría la voluntad es máxima en las tres formaciones secesionistas.

La Generalitat insistió ayer en que el referendo se celebrará tenga o no el visto bueno de Madrid, pero reiteró su voluntad de negociarlo. Por ello, Munté consideró como «necesaria» la reunión prevista, pero no fijada, entre Mariano Rajoy y Carles Puigdemont. «Queremos hablar del referendo, pero hay más cosas», dijo. «Estamos a la espera de acordar el encuentro», añadió.

Junts pel Sí y la CUP blindan a Puigdemont frente al caso Vidal, pero no a Junqueras

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, no tendrá que comparecer en la Cámara catalana para dar cuenta del caso Santi Vidal, el exsenador de ERC que desveló supuestas ilegalidades del Gobierno catalán en el camino hacia la independencia. Junts pel Sí y la CUP votaron ayer en contra de que el jefe del Ejecutivo catalán tenga que dar explicaciones en el Parlamento autonómico e hicieron valer su mayoría absoluta para blindarlo. No así al vicepresidente, Oriol Junqueras, quien, como presidente de Esquerra, será el que rendirá cuentas aprovechando que ya tenía programada una comparecencia para el 15 de febrero. El caso ha tensionado el secesionismo, pues la CUP se está mostrando muy crítica con Esquerra, porque cree que Vidal llevaba meses haciendo declaraciones fuera de lugar y nadie lo evitó. Por ello, los anticapitalistas consideran que alguien debería asumir «responsabilidades». La oposición exige que sean los consejeros de Exteriores, Interior, Justicia y Gobernación quienes den la cara, aunque la mayoría absoluta de Junts pel Sí y la CUP puede evitarlo. Los anticapitalistas advirtieron, en cualquier caso, a Junqueras de que si sus explicaciones «no son correctas» se unirán a la oposición.

Junqueras y el Gobierno catalán reiteraron ayer que «todo» lo que el exsenador relató en las conferencias es «falso». Aunque Artur Mas matizó que «hay cosas que, pese a no ser mentira, hace falta explicarlas de otra manera». «Vidal se ha equivocado y los errores se pagan». «Ha hablado más de la cuenta», remató.

Además, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña envió a Fiscalía la querella presentada por VOX contra el presidente de la Generalitat, el vicepresidente y el consejero de Justicia por las declaraciones del exsenador.