Sáenz de Santamaría ganó la batalla al ministro

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

La vicepresidenta luchó para abortar la reforma y medió luego con el Vaticano

25 sep 2014 . Actualizado a las 04:00 h.

Gallardón tiró la toalla cuando Rajoy lo desautorizó en público el pasado martes y anunció la retirada de la reforma del aborto. Pero el motivo último que llevó a la dimisión del ministro de Justicia es que había perdido la batalla contra la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que ha sido quien más ha luchado desde dentro del Ejecutivo en contra del proyecto. Gallardón y Sáenz de Santamaría llevaban tiempo librando una pelea soterrada sobre este asunto. El titular de Justicia empezó a comprender que su suerte estaba echada cuando, una vez que Rajoy se convenció a través de las encuestas del coste que tendría aprobar ese proyecto, dejó de despachar con él sobre la reforma del aborto y delegó esa función en la número dos del Gobierno. El objetivo era que fuera ella quien hiciera rectificar al ministro sin necesidad de ordenárselo. Sáenz de Santamaría se dedicó a dar largas continuas a Gallardón, dilatando el proceso y sin defender nunca la reforma desde la silla de portavoz. Lo más que llegó a decir es que se encontraba tan cómoda con esta reforma como con la ley de 1985.

La vicepresidenta, recelosa de las ambiciones de Gallardón, no solo lo ninguneó en esta cuestión, sino también en otras, como la elección del sustituto de Enrique López como magistrado del Constitucional. La número dos situó en el cargo a Antonio Narváez, hombre de su confianza, sin consultar al ministro. Gallardón comprendió su debilidad y forzó la situación poniendo un plazo para la aprobación de la reforma. Este venció, y no le quedó más remedio que dimitir.

La última labor de Sáenz de Santamaría en este asunto habría sido la visita que realizó el pasado día 15 al Vaticano. Ahí, habría anunciado ya el secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolin, que la reforma se iba a retirar y que el Gobierno se volcaría ahora en que la ley acabe siendo modificada, pero a través de una sentencia del Constitucional.