Del Instituto Nóos al caso Nóos

julio á. fariñas REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA

Diego Torres aportó la inteligencia e Iñaki Urdangarin las relaciones públicas en un tándem al que perdió el exceso de ambición

08 feb 2014 . Actualizado a las 11:39 h.

El caso Nóos, uno de los paradigmas de la corrupción dominante en España, que llegó hasta las puertas de una de las principales instituciones del Estado, toma el nombre del Instituto Nóos de Estudios Estratégicos de Patrocinio y Mecenazgo, registrado en el año 1999 por Diego Torres Pérez, un experto en estrategia y patrocinio, profesor asociado del departamento de Política de Empresa de la Escuela Superior de Administración y Dirección de Empresas (ESADE). Torres lo había creado para conseguir subvenciones de la Administración. Sin embargo, apenas tuvo actividad hasta que conoció a Iñaki Urdangarin, entonces alumno suyo.

Instituto Nóos -literalmente Instituto de la Mente- solo empezó a registrar actividad en el 2004, coincidiendo con la incorporación como presidente de yerno del rey, que aportaba los contactos con las administraciones públicas y las relaciones necesarias para conseguir los clientes. Torres, la mente pensante, se quedó como vicepresidente.

El caso Nóos, también conocido como caso Bebel, nace en el año 2010, en las investigaciones sobre corrupción que realizaban el juez Castro y el fiscal Pedro Horrach en el caso del velódromo Palma Arena. Es entonces cuando el nombre de Iñaki Urdangarin, presidente de una entidad sin ánimo de lucro, empieza a aparecer relacionado con presuntos delitos de corrupción por unos convenios firmados con gobiernos de Matas en Baleares y Camps en Valencia.

En el caso de Baleares existen dos contratos firmados en los años 2005 y 2006, de 1,2 y 1,1 millones de euros, sin concurso y sin respetar la ley de procedimiento administrativo. En el de Valencia, Nóos recibió del Gobierno autonómico un total de 1,7 millones de euros tras la firma de dos contratos, uno de 1,3 millones a pagar en tres años. El segundo, firmado por tres millones, no llegó a ejecutarse aunque el instituto sí percibió 382.000 euros de la Administración valenciana.

Ruptura formal

A principios del 2006, después de algunas denuncias parlamentarias sobre el excesivo coste de un evento organizado en noviembre del año anterior, Urdangarin, a través del conde de Fontao, asesor del rey, recibe la orden de romper con Nóos, cosa que hace formalmente en junio de ese año, pero antes crea a medias con Torres una empresa fantasma -De Goes- con sede en Barcelona y Londres para la evasión de impuestos, según la investigación judicial.

En julio del 2010, los responsables judiciales de la investigación consideran que el caso tiene entidad propia y lo convierten en la pieza separada número 25 del caso Palma Arena. En ella se investiga el supuesto trato de favor a Torres y Urdangarin por parte de las administraciones públicas y del supuesto desvío de dinero conseguido hacia empresas privadas de ambos.

Cuatro años después, esta investigación en la que se vieron involucradas de una u otra manera cerca de medio centenar de personas, entra en su recta final. Los principales protagonistas de esta historia se encuentran imputados desde finales del año 2011, acusados de evasión de impuestos, fraude fiscal, prevaricación, falsedad documental y malversación de caudales públicos.

De la instrucción de este proceso se desprende que el dinero proveniente de organismos públicos y privados se desviaba a Nóos Consultoría, Aizoon y otras empresas instrumentales través de diferentes sistemas de facturación. Torres y Urdangarin se cruzaron gran cantidad de facturas. La investigación revela que la trama se extendía a Barcelona, sede de Nóos, Valencia y Palma. Pero también sale al exterior ante la presunta evasión de capitales a Belice, Panamá y Londres.

Los imputados hasta la fecha se reparten en tres lotes. El primero esta formado por la cúpula de Nóos, encabezada por Iñaki Urdangarin y Diego Torres, su mano derecha y socio que incorporó al negocio a Ana María Tejeiro, su esposa, que gestionó algunas de las sociedades investigadas y fue la jefa de personal del grupo Nóos. Marco Antonio Tejeiro y Miguel Tejeiro, hermanos de Ana María, durante años asistieron a su cuñado Torres y al duque de Palma en múltiples gestiones.

El segundo incluye a políticos y ex altos cargos de las administraciones balear y valenciana. En las islas destacan Jaume Matas, Pepote Ballester, exdirector general de Deportes y ex amigo íntimo del duque de Palma. Ballester hizo de introductor de embajadores de Urdangarin ante el Gobierno balear y apoyó todos sus proyectos.

En el grupo de colaboradores aparecen como imputados empresarios afines Urdangarin.