La agonía del bipartidismo

Alfonso Torices MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Rubalcaba, Cayo Lara y Rosa Díez, hace unos días durante la firma de un acuerdo en pro de la investigación, el desarrollo y la innovación que han apoyado todos los grupos parlamentarios menos el PP.
Rubalcaba, Cayo Lara y Rosa Díez, hace unos días durante la firma de un acuerdo en pro de la investigación, el desarrollo y la innovación que han apoyado todos los grupos parlamentarios menos el PP. Ballesteros. < / span>efe < / span>

IU y UPyD confían en que las elecciones europeas les den el impulso para acabar tras las autonómicas y nacionales con los gobiernos monocolor

29 dic 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Izquierda Unida (IU) y Unión Progreso y Democracia (UPyD), las dos fuerzas emergentes de la política española, esperan expectantes el resultado de las elecciones europeas de mayo del 2014. Estos comicios, los primeros nacionales desde noviembre del 2011, deberían confirmar si, como vaticinan las encuestas, el sistema de partidos vigente desde el comienzo de la transición, en el que PP y PSOE se alternan en la mayoría de ayuntamientos y comunidades y en el Gobierno de la nación, toca a su fin. Prefieren no hablar del fin del bipartidismo, porque no creen que populares y socialistas vayan a sufrir un hundimiento estrepitoso, pero sí están convencidos de que si la suma de sus resultados es inferior al 65 % del voto emitido en las europeas -como señalan los sondeos- la política futura ya no será solo cosa de dos.

IU y UPyD entienden que si se cumple el pronóstico se romperá el «tapón» del bipartidismo, que llevó a PSOE y PP en las europeas de hace cinco años a acaparar el 81 % de los sufragios. Eso, creen, obligará a los partidos grandes a pactos y alianzas en la mayor parte de las instituciones, en los que IU y UPyD aspiran a ser «determinantes».

Izquierda Unida, al que el último barómetro del CIS le otorga una intención de voto que casi duplica el resultado de hace dos años en las generales y que le acercaría a los 25 diputados, lucha por que las europeas la conviertan en «una auténtica alternativa en la izquierda», que le permita acabar con el «voto útil», que tanto le perjudica en favor, sobre todo, del PSOE.

Su apuesta es ser bandera contra las políticas liberales, con un proyecto de salida social de la crisis que creen deben pagar banqueros y grandes empresas, el impago de la «deuda pública ilegítima», la lucha contra la corrupción y el fraude fiscal, y una reforma constitucional que garantice un Estado federal. La coalición liderada por Cayo Lara -según los sondeos- podría lograr en las europeas entre 5 y 7 parlamentarios (tiene dos). Fuentes de la dirección piensan que si PSOE y PP pinchan «todo es posible» en las elecciones siguientes, y dicen que en las generales irán «a por todas».

El partido de Rosa Díez, al que las encuestas le otorgan el doble de tamaño que en las generales del 2011, aspira a demostrar en las europeas que son «una opción política consolidada en todo el país». No buscarán alianzas o fusiones. Quieren crecer solos. Sus grandes banderas son la regeneración de las instituciones, la lucha contra la corrupción y los privilegios, lograr una ley electoral proporcional y una reforma constitucional federal. Pelearán por no bajar de 4 a 6 eurodiputados (tienen uno), por estar en el 2015 en buena parte de las cámaras autonómicas y grandes ciudades y por jugar un papel «relevante» en los pactos de gobernabilidad y ser «determinantes» en varios territorios. Su meta son las generales. Piensan que, «si se resquebraja el bloque de los partidos hegemónicos, nadie sabe hasta dónde puede llegar la marea» de cambios. Aspiran a ser decisivos en un Congreso que los sondeos auguran muy fragmentado.