Aumentan las tensiones internas en el PP

G. B. MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Atlas

Dirigentes populares cuestionan la estrategia de silencio de la cúpula nacional

10 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La estrategia de Rajoy de negarlo todo sin dar explicaciones ha generado desorden en el PP. Muchos dirigentes no saben a qué atenerse. El partido se ha dividido entre los que saben, pero callan, y los que no saben, pero hablan. Algunos de los que salen a dar la cara carecen de información suficiente para rebatir lo que va apareciendo. Así se explica que De Cospedal o González Pons basaran la defensa del PP en decir que no había caso por tratarse de meras fotocopias manipuladas. O que hasta hace pocos días transmitieran en privado que Bárcenas no tiraría nunca de la manta porque no tenía pruebas. La llegada al juzgado de los documentos originales los deja ahora sin argumentario.

Se abre un escenario nuevo que aumenta la presión sobre Rajoy, no solo en el Parlamento, sino también en el PP, donde algunos, y no solo Esperanza Aguirre, expresan cada vez más claramente su rechazo a esa estrategia de silencio y exigen que el partido y el Gobierno den explicaciones nítidas y se enfrenten a Bárcenas. Es significativo, por ejemplo, que Feijoo reclamara ayer que la Justicia diga «qué hay de cierto de todas estas cuestiones», sin dar por hecho que todo es falso.

Otro dato muy revelador del nuevo escenario que se abre es el contacto de Bárcenas con el abogado Miguel Durán, que defiende en el caso Gürtel al ex secretario de organización del PPdeG Pablo Crespo, mano derecha de Francisco Correa. Ese paso indica que Bárcenas rompe definitivamente los lazos con el PP y se sitúa ya sin complejos en la órbita de la trama corrupta, sumando así fuerzas con Correa y Crespo para presionar al Gobierno filtrando documentos cada vez más comprometedores para los populares.

Rajoy no va a ceder sin embargo a la presión. Se siente muy seguro en el Parlamento con su holgada mayoría absoluta y también en el partido, donde ha resistido sin problemas las andanadas de Aznar y de Aguirre sin sufrir apenas desgaste interno. La hipótesis de dimitir y dejar la presidencia en manos de Soraya Sáenz de Santamaría ni siquiera la contempla, aunque el daño al Gobierno sea grande y podría serlo más si se llamara a declarar al jefe del Ejecutivo.