La fiscala pide 23 años para los somalíes que asaltaron el «Patiño»

madrid / efe

ESPAÑA

Por pertenencia a organización criminal, piratería y tenencia de armas

04 jun 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Veintitrés años de cárcel para cada uno de los seis presuntos piratas somalíes detenidos en enero del pasado año por atacar e intentar secuestrar el buque de aprovisionamiento en combate (BAC) Patiño en aguas del Índico. Es la pena que reclama la Fiscalía de la Audiencia Nacional para los supuestos delincuentes, a los que acusa de pertenencia a organización criminal (que castiga con 6 años de prisión), piratería (13 años) y tenencia y depósito de armas de guerra (4 años). Pide, asimismo, que indemnicen a la Armada por los daños en el buque.

De la suma se han caído los 1.122 años y medio a los que se enfrentaban porque el juez instructor, Eloy Velasco, los había procesado en su día por 218 delitos de detención ilegal, tantos como tripulantes había en el Patiño cuando intentaron secuestrarlo.

Pero la fiscala, Teresa Sandoval, discrepa con esa calificación. En su escrito de acusación dirigido a la Sección primera de la Sala de lo Penal -que deberá juzgar los hechos- apunta que los procesados, en prisión desde el 13 de enero del 2012, «formaban parte de una organización criminal dedicada a la obtención de un lucro ilícito derivado de los actos ilegítimos de abordaje y asalto a buques, y secuestro de sus tripulantes en el Índico, cerca de la costa de Somalia». Según el relato, el 12 de enero, Hamou Elfaf Mahou, Mohamed Abdullah Hassan, Mohamed Said Ahmed, Abdillah Mohamed Gouled, Issa Absullah Issa y Mohamed Aden Mohamed, se dirigieron «a bordo de un esquife, dotado de un potente motor, y armados con fusiles de asalto», un lanzagranadas y otras armas que no han podido ser determinadas, al Patiño. Y al llegar a la altura del buque «se pegaron al costado de babor del patio, preparando una escala y dejándose caer hacia popa, con la clara intención de proceder a su abordaje».

Los piratas fueron descubiertos por el centinela de guardia y, al transmitir la alarma, «los acusados dispararon contra la posición del centinela, estableciéndose zafarrancho de combate».La tripulación del Patiño repelió la agresión, «manteniéndose un fuego cruzado durante unos dos minutos».

Cuando el buque de la Armada incrementó su velocidad, el esquife inició la huida y se perdió en la oscuridad. El comandante en el puente ordenó despegar el helicóptero e iniciar la búsqueda de la embarcación atacante, que fue detectada a unas 3.000 yardas del buque, navegando a una elevada velocidad. Cuando el buque se aproximó al esquife, los acusados comenzaron a arrojar al mar siete fusiles, dos lanzagranadas, tres escalas y otros objetos, mientras, desde el Patiño, se les dio la orden de parar la embarcación y, al no ser acatada, el comandante optó por ordenar disparar dos ráfagas al aire de ametralladora, con las que lograron detenerles.

El juez Velasco, tras constatar que no podía aplicarse ningún convenio en el marco de la misión Atalanta, decretó su traslado a España y ordenó el ingreso en prisión de los seis.