Malos precedentes
Naseiro. El precedente más sonado es el caso Naseiro, que estalló al PP de Aznar en 1989 y archivó el Supremo por supuestas irregularidades en la instrucción. Años más tarde al PSOE le explotó Filesa, saldado con unas pocas condenas más bien simbólicas.
Falta de entusiasmo
Marbella. Es el paradigma de la corrupción municipal en Europa. La falta de entusiasmo político y judicial, salvo honrosas excepciones, para combatirla hizo que el fenómeno del gilismo se extendiese por la Costa del Sol.
Presiones políticas
Gürtel. Cuando un caso que implica a políticos se judicializa se evidencian las presiones sobre los operadores judiciales, en ocasiones con connivencia mediática y descalificaciones a jueces y fiscales. El paradigma es la expulsión de la carrera judicial del instructor del caso Gürtel, Garzón, y los denodados esfuerzos por lograr la anulación del proceso.
Solo un conflicto moral
Sin delito. Ni la última reforma del Código Penal ni la proyectada incluyen delito de corrupción. El concepto se usa en tono moral. Solo recogen delitos conectados con su práctica: cohecho, prevaricación, tráfico de influencias.
Herramientas obsoletas
Procesos complejos. La corrupción es una forma más de delincuencia organizada que genera procesos complejos que se afrontan con herramientas legales obsoletas, como la actual Ley de Enjuiciamiento Criminal.