El barrio palmesano de Son Gotleu retoma su ritmo bajo vigilancia policial

Iskra Calderón Ayala PALMA / EFE

ESPAÑA

La plaza Fra Joan Alcina, epicentro de los altercados desatados tras la muerte del ciudadano nigeriano Efosa Okosun, de 28 años, ha recobrado la calma

31 ago 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Cerca de 130 policías aseguraban aún ayer la tranquilidad en el barrio palmesano de Son Gotleu, que ya presenta una cara más amable con la reapertura de comercios y la gente transitando con normalidad por sus calles tras los disturbios raciales registrados el pasado lunes que dejaron cinco detenidos, de los que tres resultaron estar en España en situación irregular.

La plaza Fra Joan Alcina, epicentro de los altercados desatados tras la muerte del ciudadano nigeriano Efosa Okosun, de 28 años, ha recobrado la calma y por ella circulan los vecinos de un barrio cuyos negocios se vieron obligados a cerrar por los enfrentamientos protagonizados por nigerianos y agentes de la unidad antidisturbios de la policía. Operarios de la concesionaria municipal limpiaron ayer desde primera hora los restos de la batalla campal que dejó contenedores y coches quemados, así como mobiliario urbano destrozado y, sobre todo, mucho miedo entre los vecinos de este popular barrio, que ha visto cómo la convivencia entre las comunidades nigeriana, gitana, marroquí y autóctona semeja cada vez más difícil.

Las reuniones celebradas a última hora del lunes entre representantes de los colectivos gitano y nigeriano con presencia policial y mediación del Ayuntamiento dieron resultados y el barrio va retomando su ritmo, aunque en las callejuelas se sigue hablando de Okosun, que perdió la vida al precipitarse al vacío desde un quinto piso.

El portavoz de la comunidad nigeriana de Son Gotleu, Robert Uwagboe, cuestionó la tesis policial sobre la muerte de su compatriota que afirma que existe «un 99,9 % de probabilidades» de que la caída haya sido accidental y no provocada, como apuntan algunas versiones de vecinos y testigos. Su versión señala que Okosun huía de personas de etnia gitana cuando llegó hasta la azotea del número 6 de una de las calles perpendiculares a Tomas Rullan y desde allí cayó al suelo. Ellos creen que lo lanzaron.

El portavoz gitano. que representa a cerca de 25 familias, Joaquín Fernández, prefirió no opinar porque «hay que dejar que la Justicia haga su trabajo».