Un viaje improvisado concluye con un éxito inesperado

P.?H.

ESPAÑA

29 mar 2009 . Actualizado a las 03:00 h.

Los socialistas confiaban en exhibir el éxito diplomático de ayer como una muestra de liderazgo. Confían en que les sirva para tomar oxígeno y que les ayude a salir del bache anímico en el que andan sumidos desde que el pasado día 1 perdieron la Xunta y comenzaron a constatar la dura soledad parlamentaria a la que les aboca la decisión de desalojar al PNV del poder en el País Vasco. La lluvia de reproches que siguió, tanto dentro como fuera de España, al anuncio del abandono de la Kfor, complicó aún más el panorama. De ahí la importancia del precipitado viaje del presidente del Gobierno a Chile, organizado a todo correr el miércoles, horas después de que la mayoría de fuerzas políticas cesuraran a Zapatero su actuación en el polémico anuncio de la retirada de las tropas de Kosovo.

El jefe del Ejecutivo no tenía ni la más mínima intención de acudir a la cumbre de Viña del Mar. De hecho, llegó un día después que el resto de gobernantes invitados: Biden, el primer ministro británico Gordon Brown, el presidente brasileño Luis Inazio Lula da Silva, la argentina Cristina Fernández o el uruguayo Tabaré Vázquez. La versión oficial es que fue la insistencia de la anfitriona, la presidenta chilena Michelle Bachelet, la que le hizo cambiar de opinión, y ningún otro objetivo. Lo cierto es que, aunque a punto estuvo de no lograrlo, su equipo luchó con ahínco por conseguir que Biden se reuniera con Zapatero. Y que su intervención en la mesa redonda, en la que participaron los mandatarios bajo el lema Una respuesta progresista a la crisis global, se limitó a poco más de diez minutos.

Nada estaba claro al aterrizar en Santiago de Chile. Lo único que la diplomacia española había podido cerrar eran reuniones bilaterales con Bachelet, Brown y el primer ministro de Noruega, Jens Stoltenberg, y la delegación de la Moncloa no se atrevía a asegurar que fuera posible algo más que una charla informal durante el almuerzo. Pero al final, Zapatero volvió a casa con una frase de Joseph Biden para presumir. De acuerdo a fuentes oficiales, el vicepresidente aseguró que se abre una «nueva etapa» en las relaciones entre Estados Unidos y España y añadió: «Queremos colaborar con ustedes a diario».

Es el mejor trampolín del que podía partir el jefe del Ejecutivo para el periplo que le llevará el próximo 2 de abril a la cumbre del G-20 en Londres, el 3 y 4 a la celebración del aniversario de la OTAN en Estrasburgo y Khel; el 5 a Praga, para el encuentro informal UE-EE.?UU., en cuyo marco se celebrará la primera reunión bilateral con Obama; y el 6 y 7 a Estambul para el II Foro de Alianza de Civilizaciones. Serán muchos días en los que compartirá escenario con Barack Obama, cuya participación en este último acto está aún por determinar.