Las manos que movieron el debate

maría cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

ELECCIONES 2016

XOÁN A. SOLER

El lenguaje no verbal dejó al descubierto la inexperiencia de los que acaban de dar el salto al ruedo político

13 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Más allá de propuestas o de las acusaciones que fueron surgiendo a lo largo de un debate que pecó de encorsetado debido a la consensuada fórmula de bloques, la indumentaria elegida por cada candidato y, sobre todo, los gestos que acompañaron sus discursos provocaron efectos diferentes en los gallegos que estuvieron atentos al único debate de la legislatura. De acuerdo con las pautas para analizar el lenguaje no verbal de expertos como Allam y Barbara Pease, autores de El lenguaje del Cuerpo, estas fueron algunas de las cosas que no contaron con palabras, pero lo hicieron con gestos. Desde luego, las manos movieron el debate.

Con la excepción de la candidata del BNG, Ana Pontón, que llegó al plató de la TVG con una chaqueta americana color azul cian acorde con el tono dominante en el decorado, el resto de los aspirantes prefirieron la sobriedad. Chaqueta y trajes azul marino, ellos; chaqueta del mismo tono, la candidata de Ciudadanos. La distancia dentro de esa homogeneidad la marcó el aspirante de En Marea, que no llevó corbata. Con el gesto intentó transmitir un mensaje más fresco que el de los políticos tradicionales, algo que apoya el discurso de presentación en el que explicó por qué ha dado el salto al ruedo político.

Pero fueron los gestos de las manos los que realmente decidieron quiénes fueron los ganadores del debate, en base a los criterios generales de los que hablan los expertos. Fueron los que mostraron quiénes tenían experiencia detrás de un atril, quiénes estaban más nerviosos o quiénes llegaron al plató con un discurso aprendido de memoria.

Pese al error cometido durante la presentación al atacar a Núñez Feijoo, la candidata del BNG, Ana Pontón aprovechó su experiencia parlamentaria al combinar su discurso verbal con el gestual. Apuntó con el dedo a la ciudadanía al hablar de los problemas de Galicia, puso la palma de sus manos para arriba al recordar las políticas del PP y no leyó apuntes durante su intervención. Las notas las repasó en el tiempo en el que hablaban sus contrincantes. Solo en alguna intervención pecó de desequilibrio al dedicar más tiempo de su intervención a enfrentarse a Feijoo que a dar a conocer propuestas. Pero no fue la única que cometió un error que subrayan algunos expertos en comunicación política que para ganar al indeciso sugieren ofrecer un discurso de propuestas frente a otro de acusaciones personales.

El candidato popular también usó las manos para frenar los golpes verbales del resto de candidatos. Además usó el recurso del bolígrafo para dar mayor naturalidad al movimiento de las manos. No fue el único. La aspirante de Ciudadanos también lo usó quizá para ocultar el nerviosismo característico del debutante. El compulsivo movimiento con el que impulsaba de arriba a abajo la mano izquierda, más que afianzar el mensaje dio la sensacón de que lo llevaba aprendido de memoria.

El que ocultó las manos durante la mayor parte del debate fue el candidato de En Marea. Ese gesto y el discurso leído que usó más de una vez sugirieron inexperiencia política. Sí usó las manos y repetidamente Fernández Leiceaga. Aunque el atril le quedaba a la misma altura que a su contrincante de En Marea, se preocupó de gesticular para acompañar el discurso. El problema fue que no mejoró su tono monocorde. Otro error fue guardar los gráficos en la parte baja del atril, lo que le obligó a tener que agacharse cada vez que requería de uno de ellos.