Con 40 escaños, el partido de Rivera quiere hacerle un Mas a Rajoy. Feijoo, viendo la bola de nieve bajar la ladera, se ha apresurado a autodescartarse para la jugada
17 jun 2016 . Actualizado a las 16:46 h.Quién lo iba a decir. Ciudadanos se ha levantado hoy cupero. De la CUP. La que, en su condición de última fuerza parlamentaria en Cataluña, logró cerrar las puertas del poder a Artur Mas y abrírselas a Puigdemont, temporalmente. Tú sí, tú no; tú sí, tú no; tú sí... Esta mañana ha jugado también a los vetos Juan Carlos Girauta, portavoz de C’s en el Congreso. Con 40 escaños (de un total de 350), ha repartido nominaciones a la presidencia del Gobierno. Ya no vale para ocuparla Mariano Rajoy. Tampoco Soraya Sáenz de Santamaría. Sí encajarían en el perfil requerido, en cambio, otros dirigentes populares. Por ejemplo, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes; el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado; la ministra de Fomento en funciones, Ana Pastor; el titular de Sanidad, Alfonso Alonso... Y Feijoo.
Candidato solo hay uno
Mientras giraba, la ruleta de Ciudadanos, otrora un «fraude democrático», ha pillado a Feijoo de paseo por Vigo con Pastor. En principio -así lo habían advertido sus servicios de comunicación- no iba a decir ni pío. Unas fotos, tres guiños y para casa. Pero, viendo la bola de nieve bajar la ladera, ha decidido cambiar de planes y aceptar un par de preguntas de los periodistas. A centro medido, ha rebatido que la estrategia del «divide y vencerás» de los naranjas no va a funcionar con los azules. En el PP, que son muy de estas cosas, hay un solo e inamovible candidato a la Moncloa: el «señor de Pontevedra», como el de Os Peares llamó anoche a Rajoy. Él ni se plantea moverle la silla. «Yo ya solo milito en Galicia», le ha faltado añadir a su declaración para seguir el manual. U otra prenda de su fondo de armario: «Galicia, Galicia, Galicia».
Zapatero sale tarde
En todo caso, el jefe del Ejecutivo gallego ha tardado en salir en defensa de Rajoy mucho menos que Zapatero a echar una mano a Pedro Sánchez. Ya han transcurrido más de 24 horas desde que Pablo Iglesias utilizó a ZP para ningunear al actual candidato socialista y el presidente del 135 todavía no ha desbaratado la jugada del secretario general de Podemos. Si no es tarde ya, podría hacerlo en unas horas, cuando coincidirá en Valladolid mitineando con Sánchez. Si ahí no responde contundentemente, habrá contribuido a cavar la fosa donde Iglesias quiere enterrar al PSOE e ir a llevarle violetas cada 26 de junio. Como siempre sin tarjeta.