El futuro de Ana Pontón y los juegos de equilibrios internos del BNG

Mario Beramendi Álvarez
Mario Beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ELECCIONES GALLEGAS 18F

Ana Pontón este lunes tras reunirse con la ejecutiva del BNG
Ana Pontón este lunes tras reunirse con la ejecutiva del BNG Sandra Alonso

El Bloque celebrará este sábado su Consello Nacional y, en el horizonte, una asamblea nacional que salvo sorpresa servirá para afianzar su liderazgo

20 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Un mes después de celebrar su 42.º cumpleaños, el Bloque Nacionalista Galego vive una sensación de cierta extrañeza. La alegría de haber cosechado un resultado histórico, inimaginable hace meses, se mezcla con el desencanto de una realidad que muestra que el PP, en Galicia, es un muro muy difícil de derribar. Hasta tres veces consecutivas lo ha comprobado Ana Pontón como candidata. Las tres con buenos resultados para el nacionalismo: en el 2016, cuando obtuvo seis escaños, porque las encuestas llegaron a situarlos fuera del Parlamento; en el 2020, porque recuperó el liderazgo de la oposición con 19 (resultado similar al obtenido por Beiras en 1997), y en el 2024, porque alcanzó un nuevo techo histórico, con 25 diputados. Esta era la primera vez que algunas encuestas abrían la posibilidad de que el Bloque le disputase al PP la presidencia de la Xunta, aunque el objetivo haya quedado algo más lejos de lo que inicialmente se presagiaba por el descomunal desplome socialista.

La cuestión es ver cómo afronta estos cuatro años el BNG, una organización compleja, con un fortísimo peso de la bases y un frente en el que las cuestiones ideológicas siguen teniendo suma importancia entre la militancia. Esa es también una de las señas de identidad de sus afiliados. Salvo la consolidación del liderazgo de Pontón, la renovación de la imagen y una agenda política en la que se priorizan los temas de mayor interés ciudadano, poco ha cambiado en el BNG a nivel interno, que mantiene la estructura frentista y la influencia de su partido matriz, la UPG, donde también milita la portavoz nacional.

Hasta ahora, Ana Pontón ha gozado de un margen de maniobra que no tuvieron sus predecesores; a Beiras, por ejemplo, se le abrió el melón sucesorio en el 2001 cuando perdió un diputado. Falta por ver si eso seguirá siendo así. De momento, nada hace presagiar lo contrario a tenor del crecimiento electoral y de que bajo su liderazgo en los últimos ocho años se ha conseguido una gran cohesión interna en una organización acostumbrada a los sobresaltos. Pero una legislatura en política es una larga travesía en la que pueden sucederse acontecimientos que ahora son impredecibles.

A favor de Pontón juegan más factores, como su grado de valoración por parte de la ciudadanía y su capacidad para conectar con nuevos electores. Pero puede empezar a acusar el desgaste de los años que lleva en la dedicación política, a pesar de su edad (47 años) y del mucho recorrido que le queda.

Previsiblemente, el BNG celebrará este sábado su Consello Nacional, y en el horizonte inmediato asoma una asamblea nacional que, salvo sorpresa, servirá para afianzar su liderazgo y avanzar en la hoja de ruta que tan buenos resultados le ha dado al Bloque. De momento, la líder del nacionalismo gallego ha dejado algunas pistas. «Os cambios en política levan tempo», dijo.