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Sara Carreira Piñeiro
Sara Carreira REDACCIÓN / LA VOZ

EDUCACIÓN

El vídeo se puede poner cuantas veces sea necesario, ya que hay que cumplir los pasos. El grupo de Nuno, Iván y Hodei le quita el aire a la solución, que ya tiene bicarbonato y jabón, porque si queda aire las hojas no se hunden. Es más difícil hacerlo que decirlo
El vídeo se puede poner cuantas veces sea necesario, ya que hay que cumplir los pasos. El grupo de Nuno, Iván y Hodei le quita el aire a la solución, que ya tiene bicarbonato y jabón, porque si queda aire las hojas no se hunden. Es más difícil hacerlo que decirlo EDUARDO PEREZ

Los experimentos científicos que enriquecerán E-Dixgal ya se prueban en institutos gallegos

03 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Profesores que enseñan a profesores. Esa es la esencia de la iniciativa Dixit, diseñada para dotar de contenido propio a la plataforma E-Dixgal, el proyecto de libro-enseñanza electrónica de la Xunta. Esta cooperación entre Amtega (Axencia para a Modernización Tecnolóxica de Galicia) y la Consellería de Educación tiene una tercera pata fundamental: las empresas del sector TIC, que plasman con profesionalidad las ideas de los maestros. ¿El resultado? Snacks Experiments y Regletas Cuisinare, experimentos científicos y matemáticos (respectivamente) que estos días se están probando en diferentes institutos para dar el salto a cualquier centro el próximo curso.

«La calidad de los vídeos es impresionante»

José Viñas, profesor del IES David Buján (Cambre) y uno de los participantes en el programa, explica las ventajas de esta iniciativa: «Los Snacks Experiements se hacen en el Exploratorium [el museo de ciencias] de San Francisco desde los años 90 y dan muy buen resultado. Permiten replicar un experimento en cualquier clase o en casa, no son peligrosos para los alumnos, y les facilita la práctica científica». En el caso de la iniciativa Dixit se suma calidad en el contenido, porque son profesores los que los diseñan, y en continente, porque los realizan empresas del sector TIC y audiovisual, y emplean realidad aumentada, a gamificación o a inteligencia artificial. Tras un concurso oficial salieron elegidas Everis y R. «La calidad de los vídeos es impresionante -reconoce José Viñas- nosotros podemos hacer un vídeo, pero esto no tiene nada que ver. Solo la luz ya cambia completamente la toma».

Los alumnos (o sus profesores) pueden elegir el idioma en que se desarrolla el experimento, que por ahora solo es en gallego o castellano aunque se pretende añadir el inglés y el lenguaje de signos. Escuchando el vídeo siguen los pasos propuestos: formular una hipótesis, observar el proceso, llegar a conclusiones y justificarlas. «Es muy interesante esta parte final, la de la justificación de los resultados, porque exige un análisis de lo realizado», comenta Viñas.

En la clase de Biology de 1.º de ESO en el David Buján la mitad de la clase va a probar el Snack Experiment para ver si es útil, sencillo, claro, y por tanto puede pasar al banco de contenidos de E-Dixgal. Cuando hacen prácticas el aula se divide para que el docente se pueda concentrar en el desarrollo del experimento: aun así son 17 los alumnos.

En este caso se tiene que comprobar esta hipótesis: las plantas emiten oxígeno cuando hacen la fotosíntesis. Y el desarrollo del experimento lo explican Irene, Sabela, Andrés y Iago: «Cortamos hojas en redondeles pequeñitos y los echamos en una solución de agua con un poco de bicarbonato y una gota de lavavajillas líquido. Le quitamos bien el aire y lo ponemos a la luz. Si las plantas sueltan oxígeno con la fotosíntesis suben del fondo a la superficie». Todos tienen claro que aprender así «es más fácil y divertido» pero «lo difícil es acertar con las medidas, porque tienen que ser a simple vista», apunta Irene.

Las burbujas indican que la mezcla no quedó perfecta. Aún así, algunas de las hojas sí se hundieron, en parte porque son grandes y pesadas. Los alumnos están muy pendientes para saber si esas muestras suben a la superficie, pero el proceso es lento y hacen turnos de vigilancia
Las burbujas indican que la mezcla no quedó perfecta. Aún así, algunas de las hojas sí se hundieron, en parte porque son grandes y pesadas. Los alumnos están muy pendientes para saber si esas muestras suben a la superficie, pero el proceso es lento y hacen turnos de vigilancia EDUARDO PEREZ

El equipo de Zaira, Uxía y Martín pelean para recortar al máximo las hojas: «Cuanto más pequeñas, más rápido suben». Las muestras las cogieron esa misma mañana en el campo cercano al instituto y los cortes se hace con una pajita que sirve de molde. ¿Qué otras cosas condiciona el éxito del experimento? «Pues que las hojas sean jóvenes o que haya más o menos luz», explican.

Ante la pregunta de si aprenden con este sistema, Nuno, Iván y Hodei, que forman otro de los equipos de la clase, asienten. «Yo me acuerdo de todos los experimentos», dice uno de ellos, a lo que otro matiza: «Yo me acuerdo de los diez primeros, pero llevamos unos veinte».

José Viñas valora muy positivamente esta experiencia. Mientras los vasos de precipitados esperan suficiente sol en la repisa los alumnos cubren la parte final del experimento en sus tabletas. Viñas les da las explicaciones en inglés y algunos optan por este idioma para las explicaciones. Al fondo, sobre los móviles que hacen de peana para subir algo las mezclas hacia el sol, el experimento de Irene, Sabela, Andrés y Iago es un éxito, algo que se veía venir por la forma concienzuda de quitar el aire a la solución. Hay emoción en el aula para recoger los frutos del experimento; por la parte de Dixit también ha pasado la prueba, se puede incorporar a E-Dixgal.