La inflación repunta tres décimas, hasta el 3,4 %, por la subida de la factura de la luz
ECONOMÍA
Llenar el depósito de gasolina y diésel cuesta 6 y 11 euros menos que hace un año
30 ene 2024 . Actualizado a las 17:02 h.La inflación vuelve a repuntar. El índice de precios al consumo (IPC) despedirá el mes de enero con un alza de tres décimas, pasando del 3,1 al 3,4 %, según adelantó este martes el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Los precios retoman el camino de subida tras dos meses de descensos consecutivos y lo hacen coincidiendo con el fin de las rebajas fiscales en la factura de la luz.
Desde el día 1, el IVA en el recibo eléctrico de los españoles ha pasado del 5 al 10 % —antes de la crisis energética era del 21 %—, encareciendo su coste final en dos euros de media. El impuesto especial eléctrico también ha subido del 0,5 al 2,5 %. Entre abril y junio se elevará de nuevo al 3,8% y terminará el año en el 5,1% —umbral inicial—. El gravamen sobre la producción eléctrica, que también se carga en la factura de los consumidores, ha pasado de estar congelado a subir al 3,5 % en el primer trimestre. En el segundo subirá al 5,25 % y despedirá el 2024 en el 7 % previo a la guerra de Ucrania.
A la subida fiscal también hay que sumar el encarecimiento del precio de la energía en el mercado regulado (PVPC) —un 5,6% respecto a hace un año—.
El recibo energético podría volver a subir en febrero, ya que el IVA del gas volverá a subir al 21 %, desde el 5 % actual.
«El efecto de estas subidas de impuestos sobre la inflación será temporal y no debería afectar la tendencia a la baja experimentada los últimos meses», aclaran desde CaixaBank Research. De hecho, el propio Banco Central Europeo (BCE) advirtió a finales de noviembre de que los precios repuntarían a principios de año. Y así ha sido.
La señal positiva es que la inflación subyacente —la que excluye la energía y los productos frescos de la cesta de la compra— ha disminuido dos décimas, hasta el 3,6%, y acumula seis meses consecutivos a la baja. Esto indica que los alimentos elaborados y los servicios están enfriando el trepidante ritmo de subida que emprendieron desde mediados del 2022, antes de alcanzar su techo (7,6%) en febrero del año pasado. De hecho, el alza de este mes es la más baja desde el estallido de la guerra en Ucrania.
La factura de la luz sube, pero baja el recibo de la gasolinera. El precio de los carburantes ha disminuido de tal forma que llenar un depósito de gasolina de 55 litros cuesta seis euros menos que hace exactamente un año. La rebaja es mayor si se trata de un vehículo diésel: el ahorro es de 11 euros. Ambos combustibles se han abaratado un 6,5 y un 11,7%, respectivamente.
No obstante, las cosas podrían cambiar en los próximos meses. En los últimos treinta días, el barril de brent —el de referencia en Europa— se ha encarecido alrededor de un 7%, hasta los 81 dólares. Y el principal motivo ha sido la crisis en Oriente Medio y los asaltos a buques a las puertas del mar Rojo.
La ralentización económica en Occidente y los excedentes récord de crudo de países como Brasil o Estados Unidos han logrado mantener a raya la subida del precio del petróleo, que todavía está lejos del umbral psicológico de los 100 dólares. La última vez que se superó fue en julio del 2022, a las puertas del verano más caro de este siglo en las estaciones de servicio.
Alquiler y alimentos
Todavía habrá que esperar al día 15 de febrero para conocer los datos definitivos y desgranados del IPC. Entre ellos, el de la evolución de los precios del alquiler. Desde el 1 de enero, las rentas de los contratos en vigor solo se pueden subir un 3% como máximo, frente al 2% del año pasado. No obstante, a falta de un indicador oficial para declarar zonas tensionadas, todavía no se han impuesto restricciones a las subidas de los nuevos contratos de alquiler, que han seguido repuntando mes a mes desde julio del 2016.
Los precios de los alimentos, sin embargo, podrían seguir una tendencia descendente teniendo en cuenta que el Gobierno prolongó hasta junio las rebajas del IVA a los alimentos básicos y ha pactado suprimir el impuesto al aceite de oliva, que el pasado mes de diciembre ya estaba un 54,6% más caro que un año antes en los supermercados españoles.