Netflix o gimnasio gratis: los pagos en especie endulzan las ofertas de empleo

paula avendaño / m. m. REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Netflix

Un 67 % de los trabajadores prefieren cobrar menos y tener más beneficios

21 jul 2021 . Actualizado a las 09:11 h.

Un abono de gimnasio, una suscripción a Netflix o descuentos en un restaurante, son algunos de los beneficios que prometen las empresas en las ofertas de trabajo. No son regalos, sino una contraprestación en especie. Es decir, que parte de la remuneración del trabajo se cobra en forma de bienes o productos, de forma gratuita o con un precio inferior al de mercado. Una opción cada vez más popular entre los propios trabajadores: el 67 % prefieren un salario más bajo si a cambio recibe un pack de beneficios sociales. Por su parte, las compañías lo ofrecen porque aplicar este modelo puede tener ventajas fiscales.

Este tipo de retribución no es la norma en nuestro país, ni mucho menos. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) los españoles ganaron en el 2019 una media de 24.395 euros anuales. De ellos, apenas 105 fueron pagos en especie. Sin embargo, si se realiza una rápida búsqueda por un portal web de empleo, es fácil encontrarse con ofertas en las que se incluye esta opción. Los beneficios más habituales son el seguro de salud, el transporte, los cheques restaurante, o abonos para el gimnasio. Pero también los hay que ofrecen servicios de suscripción a plataformas de vídeo como Netflix o HBO, o incluso sesiones de fisioterapia. No es tampoco una práctica habitual en todo tipo de empresas, sino que se observa especialmente en el sector tecnológico. Programadores, ingenieros, técnicos o consultores del sector son los que más fácil tienen acceder a un puesto que ofrezca estas condiciones.

Hay dos modelos de pagos en especie: la retribución flexible y los beneficios sociales. Ninguno puede superar nunca el 30 % del salario anual.

Ventajas fiscales

La retribución flexible consiste en que sea el propio empleado el que destine una parte de lo que cobre al uso de productos que le proporciona la empresa. Es una opción voluntaria y el coste se incluye en la nómina. Es decir, se descuenta del sueldo. Esto significa que a la hora de pagar impuestos, la base imponible será menor y puede reducirse el tramo de tributación. La empresa también se beneficia porque mejora las ganancias netas de los trabajadores, sin costes adicionales.

Los beneficios sociales por su parte, son totalmente asumidos por la compañía y suelen establecerse dentro de un convenio general. En este caso sí se incrementa el salario bruto del empleado, pero sigue habiendo atractivas condiciones fiscales. Por ejemplo, un cheque restaurante está exento de IRPF hasta los 11 euros por comida; los seguros de salud, hasta los 500 euros; y la tarjeta de transporte, hasta los 1.500 anuales. Algo parecido pasa con ofertar guardería, que no tiene limitaciones en el coste, y tampoco paga IRPF hasta que los hijos cumplan los 3 años.

No es una opción para todos. Que los trabajadores prefieran los productos sobre rentas dinerarias suele depender de lo que ganan. Según la consultora Willis Towers Watson, los empleados con niveles salariales más altos son los que más valoran los beneficios sociales, mientras que los de sueldos inferiores a 25.000 euros anuales, anteponen el dinero.