Facebook fue una de las encargadas de abrir la espita. La compañía que capitanea Mark Zuckerberg aseguró que las nuevas reglas de juego que fijaron ayer las siete grandes economías occidentales son un «importante progreso». A pesar de que la famosa red social es una de las que se pondrán bajo el foco de la nueva fiscalidad, desde Facebook reconocieron que esta revolución en ciernes dará más «certeza a las empresas». Eso sí, reconoce que tendrán que pagar «más impuestos» en diferentes países.
«Facebook lleva ya un tiempo reclamando una reforma de las reglas fiscales globales y damos la bienvenida al importante progreso realizado en el G7», sentenció ayer Nick Clegg, jefe de asuntos globales de la red social, en un mensaje publicado en su cuenta de Twitter.
Clegg destacó que el acuerdo alcanzado es un «significativo primer paso» para dar certeza a las empresas y «fortalecer la confianza pública en el sistema fiscal global».
«Fuerte apoyo» de Google
Tampoco han querido dejar pasar la oportunidad los responsables de Google, que también han mostrado su beneplácito a la medida: «Apoyamos firmemente el trabajo que se está realizando para actualizar las normas fiscales internacionales. Esperamos que los países continúen trabajando juntos para garantizar que se cierre pronto un acuerdo equilibrado y duradero», explicó un representante de Google a la agencia Reuters.
A las palabras de apoyo también se sumó Amazon, que ve en la medida una oportunidad para dar estabilidad al sistema: «Creemos que un proceso dirigido por la OCDE que cree una solución multilateral ayudará a dar estabilidad al sistema fiscal internacional. El acuerdo del G7 supone un paso adelante en el esfuerzo para lograr este objetivo».
En juego hay mucho dinero. Durante el año de la pandemia, las cuatro grandes compañías tecnológicas aumentaron de manera exponencial sus beneficios. Amazon llegó a sumar 17.700 millones de euros mientras Facebook escaló hasta los 24.200. Google, por su parte, cerró el fatídico año de la pandemia con unas ganancias de 12.670 millones de euros y Apple, con los números más abultados, alcanzó los 48.300. Entre los cuatro se embolsaron casi 103.000 millones de euros.
Un impuesto que permitirá reducir desigualdades pero que algunos ven insuficiente
El acuerdo para establecer un impuesto mínimo y global de sociedades ya es una realidad. La medida ha sido acogida con gran expectación. La gran mayoría de los dirigentes han valorado este paso adelante para lograr un marco regulatorio mucho más justo. Pero también hay quien lo califica de insuficiente y recoge el documento con muchas cautelas.
Estados Unidos
Un pacto «sin precedentes». Una de las primeras en mostrar su entusiasmo con el que calificó como un «acuerdo sin precedentes» fue la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen. En un comunicado, la estadounidense destacó que el compromiso alcanzado por los ministros del G7 «ofrece un impulso tremendo para alcanzar un impuesto mínimo global robusto de al menos el 15 %». A su juicio, la tasa mínima «pondrá fin a la carrera hacia abajo» en los impuestos corporativos, y asegurará un trato «justo» para la clase media.
Comisión Europea
«Un gran paso hacia la equidad». La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, aseguró que se trata de «un gran paso hacia la equidad y la igualdad de condiciones». En la misma línea se movieron las declaraciones de su homólogo en el Parlamento Europeo. David Sassoli aseguró que se trata de un acuerdo que «va en la buena dirección»: «Tenemos que salir de la crisis del covid-19 con una mayor igualdad», aseguró.
Italia
«Debe completarse con otras normas comunes». Para el Ejecutivo italiano el documento firmado ayer es «fundamental para una fiscalidad global a las empresas digitales» y se trata de «un primer paso hacia la equidad y la justicia social». Eso sí, el ministro de Trabajo y Políticas Sociales, Andrea Orlando, aseguró que ahora debe completarse con «normas comunes también en el frente del respeto de los derechos de los trabajadores».
ocde
Reducirá desigualdades. La creación de un impuesto mínimo de sociedades se ha convertido en el caballo de batalla de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en los últimos años. Por eso, no es de extrañar que ayer fueran uno de los organismos que más celebró el anuncio del G7. «El efecto combinado de la globalización y la digitalización de nuestras economías ha provocado distorsiones y desigualdades que solo pueden abordarse eficazmente mediante una solución acordada multilateralmente», aseguró el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann, que reconoció que aún queda trabajo por hacer. A su modo de ver, esta es la única forma de acabar con «tergiversaciones y desigualdades».
Irlanda
Una reacción fría. El responsable económico de Irlanda, Pascal Donohoe, protagonizó una de las reacciones más frías de la jornada. El también presidente del Eurogrupo aseguró que esperaba «con interés participar ahora en los debates en la OCDE. Hay 139 países en la mesa, y cualquier acuerdo tendrá que satisfacer las necesidades de los países pequeños y grandes».
oxfam
Poco entusiastas. La oenegé se mostró muy crítica con una medida que entienden como insuficiente: «Es absurdo que el G7 afirme que está reestructurando un sistema fiscal mundial fallido al establecer un tipo mínimo que es similar a las tasas blandas que cobran paraísos fiscales como Irlanda, Suiza y Singapur. Están poniendo el listón tan bajo que las empresas pueden pasar por encima de él», sentenciaron.