La fusión alumbraría al segundo mayor grupo bancario de España
17 nov 2020 . Actualizado a las 09:14 h.Tras muchos rumores, contactos fuera de agenda e idas y venidas, el BBVA y el Banco Sabadell formalizaron hoy el inicio de las negociaciones para su posible fusión. La primera en reconocer el apetito por llevar a buen puerto la operación fue la entidad presidida por Carlos Torres Vila. Anunció a través de un comunicado que los representantes de ambas firmas, acompañados por asesores externos, ya han iniciado las conversaciones «en relación con una potencial operación de fusión». Como ya ocurrió con CaixaBank y Bankia, sus equipos han comenzado el proceso de «revisión recíproco» para chequear el estado de salud de cada banco y determinar la ecuación de canje de acciones.
De cristalizarse la operación, la fusión alumbraría al segundo mayor grupo bancario de España, con alrededor de 600.000 millones de euros en activos solo en territorio nacional. Todavía quedaría por detrás del gran gigante, la nueva CaixaBank —que abrió la veda de las fusiones el pasado mes de septiembre tras absorber Bankia—, y dejaría atrás al Santander en el mercado español. Los dos bancos concentrarían una red de 10.000 oficinas en la que trabaja una plantilla de 148.000 empleados. La entidad presidida por Josep Oliu, la más pequeña en esta operación, tiene al menos 400 trabajadores activos en las 85 oficinas abiertas en Galicia. El BBVA, a cierre del 2019, tenía al menos 147 sucursales en funcionamiento en la comunidad, según la Asociación Española de Banca (AEB). En cartera de clientes, el banco de origen catalán tiene 16,5 millones en todo el mundo (5,5 en España), mientras que el BBVA aporta unos 80 millones. Aunque los inversores recibieron la noticia con unas subidas meteóricas en la Bolsa, el BBVA aclaró que aún «no existe certeza alguna de que se llegue a adoptar» la decisión de unificar a los dos bancos. Hay todavía muchos flecos abiertos que tendrán que cerrar en las próximas semanas.
El Banco Central Europeo (BCE) presiona desde hace meses para que las entidades bancarias avancen hacia una mayor concentración en el mercado y en la reducción de costes estructurales, lo que se traduce en cierre de oficinas y ajustes de plantilla, como la que anunció recientemente el Santander, que dará salida a 4.000 trabajadores y echará el candado a 1.000 sucursales.
La venta por 9.700 millones de la filial norteamericana destapó el plan
No hizo falta un comunicado oficial para levantar las sospechas de los ávidos inversores que, a primera hora de la mañana, se lanzaron al parqué en cuanto el BBVA comunicó la venta de su filial estadounidense a la financiera PNC por 9.700 millones de euros. Una maniobra que todos asociaron al mismo objetivo: el de tomar pociones para la absorción del Sabadell.
La cifra era demasiado grande para tratarse de una operación más o menos ordinaria. El recibo que el BBVA cobrará en efectivo a mediados del 2021 equivale a casi el 50 % de su valor en Bolsa. Hilando cabos, los analistas lo vieron claro: los dos bancos preparan el terreno para su fusión.
El presidente del BBVA, Carlos Torres Vila, no ocultó su satisfacción por la venta. No es para menos. PNC pagará por la franquicia 2,5 veces más del valor que le asignaron los analistas. La gran incógnita por aclarar es si el abultado colchón de capital que acaba de conseguir será suficiente para reducir los riesgos que lleva aparejada cualquier fusión y si también podrá funcionar como estímulo para abrir el apetito de los inversores, mejorando la retribución de sus accionistas.
Sea cual sea el resultado de la negociación, el BBVA ha asestado un revés a sus competidores. La venta de la franquicia en Estados Unidos —un mercado muy fragmentado y poco gratificante para los bancos españoles—, concede un enorme balón de oxígeno a la entidad, que mejorará su posición de solvencia en un momento especialmente delicado. Todavía no se pueden predecir con exactitud los efectos que tendrá la pandemia en sus balances a medio plazo, pero una vez que la transacción de dinero se efectúe, BBVA sumará 8.500 millones de euros al capital de máxima calidad, alcanzando el 14,5 %, cerca del 14,8 % de la media europea.
¿Qué ha tenido que ceder a cambio? Unos 84.000 millones de euros en activos repartidos por las 644 sucursales que tenía BBVA Compass repartidas a lo largo del cinturón sureño de Estados Unidos (16 % de su balance). Todo un conglomerado bancario que estuvo en su poder durante trece años y que le costó 10.000 millones de euros adquirir. No obstante, seguirá manteniendo sus servicios de inversión y las sucursales de Nueva York y San Francisco. Una de las consecuencias colaterales de su salida es que su competidor, el Santander, será el único representante español que quede en el país norteamericano.
Vulnerable
El mercado esperaba ansioso el anuncio. El Sabadell lideraba las quinielas por ser uno de los blancos más vulnerables. En los últimos tres años acumuló pérdidas en Bolsa del 80 %. El grueso de sus créditos se concentra en pequeñas empresas y autónomos cuyas actividades se desarrollan en los sectores más afectados por la pandemia, como el turismo, la restauración o la hostelería. Esa exposición es un riesgo, sí, pero también un buen nicho que explotar.
El rumor de la operación catapultó las cotizaciones y al Ibex 35
El Ibex 35 se dio hoy otro festín. Después de un año para olvidar, los últimos siete días han sido un oasis de júbilo para casi todas las cotizadas y sus accionistas. El parqué español, todavía eufórico por el anuncio de una segunda vacuna 95 % eficaz, cerró la sesión de este lunes anotándose unas ganancias del 2,6 % y rozando los 8.000 puntos, un umbral que no tocaba desde los primeros días de marzo.
Los dos protagonistas de la remontada fueron el BBVA y el Sabadell. Los rumores de la posible fusión, catapultaron al banco de origen catalán en el selectivo hasta conseguir revalorizarse un 24,59 %. Una subida que amortigua la hemorragia bursátil que sufre la entidad desde que comenzó el año (-57,91 %), la segunda firma más castigada tras el grupo IAG (Iberia), que acumula un desplome del 62,99 %.
Las acciones del Sabadell comenzaron a escalar a partir del mediodía, cuando los rumores empezaron a cobrar fuerza y comenzaron a filtrarse las primeras noticias sobre los contactos para cerrar la operación. Si la jornada arrancó con sus títulos cotizando en los 0,36, el banco puso el broche en los 0,42.
La subida del BBVA también fue notoria. Tras el Sabadell, fue el segundo valor que más posiciones escaló en el Ibex 35. Sus acciones se revalorizaron un 15,25 %, ganando terreno, poco a poco, a la crisis bursátil del 2020, que lo deja con un balance en Bolsa cercenado (-22,41 %). Sus títulos, que comenzaron cotizando en los 3,58 euros, cerraron en los 3,84.
Confianza inversora
Aunque quizá la mejor noticia para la entidad es que recupera el pulso y la confianza de los inversores que se han ensañado especialmente con el sector financiero en los últimos meses. Ese giro de timón ha dejado atrás, al menos en el parqué, a su rival: el Santander. La entidad presidida por Ana Patricia Botín se anotó una modesta subida del 2,44 %. Su caída en la Bolsa en el 2020 ronda el 36,97 %. A pesar del anuncio de la fusión, todos los bancos se anotaron ganancias, alentados por las buenas noticias sanitarias a medio plazo. «En un contexto donde las medidas económicas y fiscales expansivas permanecerán activas, la noticia de la vacuna puede suponer el inicio de la recuperación de un sector muy infravalorado», sostiene el portavoz de eToro, Javier Molina. El grupo hotelero Meliá, IAG y la petrolera Repsol acompañaron al BBVA y al Sabadell con alzas de entre el 9 y el 10 %.