El vicepresidente de Exceltur insta a invertir los fondos europeos en alternativas al «turismo de aluvión»
09 ago 2020 . Actualizado a las 10:03 h.Mientras en España se dirime el destino de los fondos europeos, la patronal del turismo exige que entre el 20 % y el 25 % de las ayudas se inviertan en la supervivencia y recuperación del sector. El vicepresidente de Exceltur, José Luis Zoreda, cree que han sido de largo los más afectados por la pandemia: «Llegaremos a otoño en una situación dramática para miles de empresas que no van a poder subsistir», alerta.
-¿Qué volumen de ayudas europeas aspira a canalizar el sector?
-El sector turístico no es deslocalizable. O nos preocupamos de mejorar los atractivos propios o en nuestro caso, el equivalente de deslocalización de fábricas, es que los turistas se vayan a otros países. Pedimos ayudas a corto plazo para asegurar la supervivencia del mayor número de empresas posible. Entre 30.000 y 35.000 millones deberían asignarse al turismo. Necesitamos alargar los ERTE hasta Semana Santa porque este verano va a ser catastrófico. Y ayudas directas, no créditos, además de exenciones fiscales mientras caiga la facturación. A diferencia de los demás sectores, incluido el del automóvil, es que no producimos. Las fábricas turísticas están cerradas. Las de automóviles habrán tenido interrupciones en las líneas de producción, pero desde hace un mes y medio que ya están activos. Una primera parte de los fondos de Bruselas deben dedicarse a la supervivencia empresarial porque si no, a final de año muchísimas empresas presentarán suspensión de pagos, quiebras y concursos de acreedores y es muy difícil salir de esa situación.
-Además de liquidez, ¿qué uso quieren hacer de ese dinero?
-Tenemos problemas de competitividad y una asignatura pendiente: reformular la oferta. Necesitamos una reconversión integral de las fábricas turísticas como los Benidorm o los Lloret de Mar. No menos de 10.000 millones de euros de esos 35.000 deberían destinarse a reconvertir los diez destinos turísticos del litoral más deteriorados por el «turismo de aluvión». Y fondos a medio plazo para regenerar la oferta vacacional además de 300 millones para la formación de trabajadores y gestores.
-¿Encaja con los criterios exigidos por la UE?
-Sí, porque adaptaremos las instalaciones para mejorar la eficiencia energética, el medioambiente y la digitalización de empresas.
-¿Han perfilado ya proyectos?
-No. Teníamos mucho miedo de que empezara una especie de subasta entre territorios. Queremos que se adjudiquen a proyectos eficientes y tractores. El dinero no está para cambiar las bombillas de las farolas de Fuengirola, sino para planes integrales que beneficien a otras empresas subsidiarias y estimulen la inversión privada.
-Eso exigirá disposición por parte de los empresarios. ¿Hay compromiso por parte de todos para transformar el modelo de negocio?
-Es imprescindible transformar la cultura empresarial. Romper criterios endogámicos. Desde hace tiempo uno de los problemas que tiene el sector es que está muy atomizado, fragmentado y es muy poco solidario. Solo podrán afrontar los retos de futuro las empresas que sean capaces de diferenciarse. Hay distintas maneras. Hay hotelitos rurales que son una monada y van a subsistir siempre. Pero la mayoría de establecimientos de café con leche no se van a poder mantener si no trabajan con economías de escala, con alianzas y concentraciones, con planes de digitalización. Evolucionamos hacia un mayor tamaño empresarial. No necesariamente esto tiene que venir de la UE, pero debe existir la posibilidad de asimilar sus fondos y quizá obligar a empresas a aliarse y buscar esquemas nuevos para acceder a estas ayudas.La pandemia nos va a dejar más empequeñecidos, muchas empresas que ahora son viables, van a salir más pequeñas, no van a recuperar los años de esplendor que vivimos hasta marzo.