¡Traed madera!

Alberto Vaquero PROFESOR DE ECONOMÍA APLICADA DE LA UNIVERSIDADE DE VIGO

ECONOMÍA

M.MORALEJO

22 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Ala hora de escribir este artículo sobre la ralentización del crecimiento en Galicia, me ha venido a la mente un clásico del cine, Los hermanos Marx en el Oeste, donde el gran Groucho Marx dice «¡Traed madera!», ante la necesidad de alimentar la caldera para que no se pare el tren. Y esto es lo que parece que está comenzando a pasar con la economía gallega a tenor de los últimos informes. Y no es algo de lo que podamos decir no estar avisados, ya que nuestra comunidad lleva varios trimestres advirtiendo de un menor crecimiento.

En efecto, desde mediados del 2018 se viene comprobando que la demanda externa, que actuó como uno de los principales motores económicos de Galicia, comenzaba a perder potencia. Tres elementos son responsables: el retroceso de las exportaciones, la excesiva dependencia comercial de nuestras ventas hacia ciertos países europeos y la fuerte polarización de nuestra producción en torno a la actividad textil y la automoción. Una tríada que, si bien durante muchos años permitió que la economía gallega batiera récords de exportaciones, ahora muestra una realidad distinta. Incluso se puede añadir un cuarto elemento, el problema no resuelto del brexit, que también es una amenaza clara a nuestra capacidad exportadora.

Ante esta situación Galicia necesita orientar su potencial hacia nuevos mercados. Son necesarias actuaciones de inmediato, ya que el viento de cola que suponía la buena marcha de la economía para ciertos vecinos europeos (Alemania, Francia, el Reino Unido o Italia, entre otros) ya no aporta tanto al PIB gallego.

Lo anterior debe ser un aliciente para tratar de mejorar la relación comercial con países que, si bien tradicionalmente no han sido grandes clientes, en los últimos años han demostrado un interés especial por lo made in Galicia. Por ejemplo, Bélgica, Austria o la República Checa. También hemos de mirar hacia México y Brasil e incluso pensar en vender más intensamente a los emergentes, como China o la India.

Desde luego, esto no será fácil ni inmediato, ya que cualquier cambio en la política exportadora necesita de un tiempo para que se vean frutos. Lo que está claro es que esperar y no hacer nada no es una opción. Para que no se frene la locomotora de la economía gallega, ¡traed madera!