Atrapados en el Black Friday y la tiranía de los descuentos permanentes

m. s. d. / M. V. / P. V. / a. g. VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

M.MORALEJO

Los comerciantes denuncian que las grandes cadenas «obligan a saldar mercancía de temporada»

17 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En los últimos años el Black Friday, la jornada de descuentos masivos importada de los Estados Unidos y que se celebra la última semana de noviembre, ha servido de incentivo para impulsar las compras en este período de apatía comercial previo a la Navidad. Lo hizo sobre todo durante los años de crisis económica. Pero lo que comenzó siendo un día de descuentos se alargó a toda la semana y ahora se prolonga a casi todo el mes de noviembre.

«Es la tiranía de las grandes cadenas, te obligan a saldar mercancía de temporada, porque la gente se ha acostumbrado a comprar de rebajas», afirma Alberto Iglesias, pequeño empresario textil. Su experiencia es la de la mayoría de los pequeños comerciantes que, a raíz de la liberalización del calendario en el 2012, se han visto sobrepasados por los descuentos.

Ante este panorama, el comercio de proximidad se está movilizando para tratar de regularizar los períodos de rebajas. «Hemos llegado al punto de que las de invierno comienzan en plena Navidad, lo que reduce los márgenes de venta y estropea la temporada», se lamenta Manuel García-Izquierdo, presidente de la Confederación Española de Comercio. La organización ha reclamado al Gobierno que se retome la fórmula anterior y que las rebajas vuelvan a tener fechas «cerradas», en enero y julio. 

Pocas posibilidades de éxito

La alternativa a todo este fenómeno de los descuentos permanentes es plantarse. ¿Qué posibilidades hay de éxito? De entrada no muchas, según un estudio que maneja la patronal del comercio que viene a decir que el 70 % de los consumidores solo entran a comprar donde hay ofertas. Este estudio, de la consultora First Insight, lo confirman en su propia piel las pequeñas tiendas de moda, a las que  (la fecha de celebración es el viernes 23) con un descuento superior al 30 %.

Pero algo está cambiando. Algunos empresarios del sector de la moda comienzan a cuestionarse si el estímulo de las ventas sigue compensando en un contexto de promociones constantes y márgenes en descenso, y empresas como Neck & Neck o Ecoalf ya han anunciado que este año no lo celebrarán. «Desde Acotex consideramos que no podemos estar siempre con descuentos permanentes; preferiríamos que nadie hiciera descuentos antes del Black Friday para que cuando llegara esta fecha se realizaran las primeras rebajas de la temporada», aseguran fuentes de esta patronal.

MIGUEL VILLAR

«Obrigan á xente a comprar por Internet»

Maite López y su marido regentan desde 1997 un negocio de venta de vinos y productos gourmet en la capital ourensana, Santorum, en pleno casco histórico. Ella ha sido de las pocas comerciantes de la ciudad que ha colocado en un escaparate de su negocio un cartel en defensa del sector. En su opinión, el gran enemigo es el comercio electrónico. «Estou ata as narices de que obriguen á xente a comprar por Internet», exclama, molesta porque las grandes superficies están creando en los clientes el vicio de pedir on-line los artículos de los que no disponen. «Eles fan iso porque queren eliminar xente dos seus negocios, pero a nós, aos pequenos negocios, déixanos fatal». Recuerda que para establecimientos como el suyo es complicado competir con las grandes plataformas de venta, en cuanto a costes. «Eu pago luz, Seguridade Social, autónomos, teño moitos gastos e fago fronte a todos eles», recuerda. Cree, pese a todo, que falta mucha concienciación, no solo entre los clientes, sino también entre los propios trabajadores del sector. «Penso que non se dan conta do risco que corren, porque se seguimos así vanse perder postos de traballo».

PEPA LOSADA

«Sin el pequeño comercio un pueblo se muere»

Lo dice la gerente del Centro Comercial Histórico de Viveiro, Isabel Méndez: «El Black Friday es la peor campaña que podíamos haber copiado de EE.?UU.». Los comerciantes, en lo que se refiere a esta campaña, están divididos. «Para nosotros coincide fatal, es la peor época a las puertas de Navidad y Reyes. Si te sumas al Black Friday puedes hacerle daño a la campaña fuerte del año y también al mes de noviembre, porque la gente este mes espera ya ese día. Si no lo sigues, los clientes pueden irse a otros centros comerciales; no sabemos bien qué hacer», explica. 

El comercio de Viveiro ha colocado 30 grandes carteles con distintos mensajes en el casco histórico para concienciar a la gente de que realice sus compras en los establecimientos locales. Anteriormente -este mismo año- empapelaron los escaparates simulando estar en quiebra, cerrados, dando de este modo una imagen de abandono y ruina. Todo para llamar la atención de los vecinos y clientes. «El pequeño comercio da vida, es de confianza, de proximidad; es el verdadero pulso de una localidad. Sin los negocios locales, un pueblo se muere; la gente tiene que entenderlo, porque todo es una cadena», repite Isabel Méndez.

«Prefiero vender el resto del mes y no hacerlo en el Black Friday»

En las cercanías de la plaza de Lugo, en A Coruña, la tienda Beg&Me gestó su particular revolución contra el Black Friday a través de Instagram. El pasado lunes anunciaron en la red social que, en consonancia con su filosofía de trabajo y producto, no se unirían al día de las ofertas. Begoña García, dirigente de la marca, explica: «Nuestra producción es artesanal al 100 %», y no ve el sentido a «rebajar los artículos por un día si al siguiente volvemos a subirlo». 

Las prendas, enfocadas a eventos de relumbrón como bodas e incluso graduaciones de jóvenes, parecen alejarse, en palabras de García, «de lo que hacen las grandes superficies o marcas». De ahí que se hayan desmarcado porque, a su juicio, «la exclusividad implica no reírse del cliente más fiel». La propietaria de la firma incide en las dificultades intrínsecas de vender en noviembre, por lo que zanja que prefiere «no vender nada en el Black Friday y sí hacerlo el resto del mes».

Elsa, una de las empleadas en la boutique coruñesa, valora la decisión de la empresa como acertada, porque «hay zonas de A Coruña donde se está perdiendo el encanto de la tienda pequeña, y eso también da de comer a la ciudad», al tiempo que recalca que «la confección, además, es coruñesa». García, por su parte, matiza que no está en contra de las rebajas, sino que «la lucha es con estos descuentos que se hacen a mitad de temporada», ilógicos a su forma de ver, y que «sí tienen sentido en Estados Unidos, porque allí el Día de Acción de Gracias es una fecha señalada», cuenta.

MARCOS CREO

«Quero que volvan regularse as rebaixas»

Hace más de tres lustros que Dani García abrió la tienda de ropa Baldani, en el municipio de Boiro, en la que, además de ofrecer artículos de primeras marcas, busca captar clientes con ofertas distintas a las habituales: «Hai pouco fixemos a presentación dun libro, noutras ocasións ofrecemos degustacións».

Además, hace ya un par de años que Dani García dio el salto a Internet con una página web: «Hai que subir ao carro das vendas en liña».

Pese a sus esfuerzos, señala que «a xente merca onde quere», pero considera que es necesario sensibilizar a los vecinos sobre la importancia del comercio local.

Reconoce que resulta difícil competir con las grandes cadenas, que siguen una política de ofertas continuadas para captar el interés de los consumidores: «Non podemos competir contra iso. Quero que volvan regularse as rebaixas». Explica que los turistas que acuden a Boiro en verano ayudan a tirar de las ventas, pero que en invierno estas decaen. Pese a que el pequeño comercio atraviesa por una etapa dura, Dani García Dosil prefiere mantener la confianza: «Teño a esperanza de que a xente regrese ás tendas».