El «big data» o cómo el uso de datos permite ya una banca casi a la carta

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

El BBVA desarrolla un equipo propio para gestionar la ingente información de sus clientes con el objetivo de ofrecer servicios de asesoramiento más personalizados

16 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Cada día, en cualquier parte del planeta, con un simple gesto con el móvil, con una compra por Internet, con una transferencia, con una retirada en un cajero... los clientes de entidades financieras ofrecen millones de datos sobre sus usos, sus costumbres o sus preferencias. Toda esa información apenas tenía relevancia hace unos años porque la manera de gestionarla era muy difícil. El desarrollo de nuevas tecnologías hasta llegar al llamado big data -la gestión de millones de datos a través de complejos algoritmos- ha permitido que todo eso que antes no se aprovechaba se pueda emplear ahora para llegar a dar un servicio a la carta. Y los bancos están siendo muy activos en ese desarrollo. Objetivo final: hacerle la vida mucho más sencilla al cliente y convertir a las entidades financieras en algo más que meros intermediarios en la gestión del ahorro (tomar y prestar dinero).

Y esa gestión masiva de los datos empieza a dar resultados para los usuarios de a pie. «Hay que intentar liberar de estrés a la gente, que vean que no tienen que estar todo el día pendiente de sus cuentas, tienen que saber que gracias a la gestión de datos se pueden automatizar muchas cosas, detectar y avisar en cuanto se vea algo diferente», explica Elena Alfaro, máxima responsable de BBVA Data & Analytics, una división que ha creado esta entidad con el objetivo de procesar toda esa ingente información y luego ofrecer aplicaciones a sus clientes, desde particulares hasta pequeñas empresas. «Todo esto tiene que servir para que la gente se centre en lo que realmente importa, que es fijarse objetivos, no solo financieros, sino que si tú quieres hacer un viaje, comprar una casa, un coche... se te vayan dando pautas que puedan ayudarte a conseguir ese objetivo», añade.

Los resultados

Este grupo de trabajo se ha conformado como una empresa dentro del BBVA y están dando resultados en forma de servicios para pymes, orientando hacia dónde pueden dirigirse para captar o fidelizar a su clientela; para los particulares, marcando objetivos de ahorro o detectando cualquier anomalía en la cuenta; e incluso para las Administraciones públicas, colaborando por ejemplo en el análisis de patrones turísticos a través del gasto que hacen los visitantes.

«Hay que intentar que la gente se olvide de la parte más aburrida de las finanzas, que es intentar controlarlo todo, porque si pasa algo gracias al big data se les va a avisar, la cuenta es casi autónoma, esa es una de las mejoras» del uso masivo con documentos de trabajo.

El banco lleva cuatro años desarrollando esta división, y tiene aún «un amplio camino por recorrer», explica su máxima directiva. Porque hoy menos de un 5 % de la información que mueve en el mundo está siendo explotada para poder sacar algún tipo de rendimiento. Hay que tener en cuenta que solo en España se producen más de 710 millones de transacciones con tarjetas; hay más de un millón de TPV (terminales de pago en comercios) instalados, y el movimiento que se genera supera los 43.000 millones de euros. De ahí se puede extraer una ingente cantidad de referencias que hablan de gustos, de preferencias, de servicios demandados... Es algo que están explotando muy bien grandes plataformas de servicios en Internet, las redes sociales... Y también los servicios financieros. El que se quede atrás, explican en la entidad, no podrá competir con esos gigantes.

Competir con gigantes digitales

«El grupo ha adquirido e invertido en diversas start-ups disruptivas y continúa desarrollando internamente nuevos proyectos. El BBVA trabaja cada vez más con el ecosistema fintech de una manera abierta para ofrecer una mejor experiencia de cliente. De aquí a cinco años, gran parte de los productos y servicios que ofrezcamos provendrán de fuera y lo presentaremos de manera personalizada para nuestros clientes», comentaba recientemente en un encuentro en San Francisco el presidente del banco, Francisco González. «Tenemos que estar preparados para competir con los gigantes digitales», añadía.

Privacidad y protección, clave en la gestión de la información del cliente

¿Cuánto sabe el banco de mí? ¿Esa información es o no confidencial? ¿Para qué más se usa? Seguro que son preguntas que se hacen muchos clientes de entidades financieras, aunque quizá deberían plantearse la pregunta de una forma mucho más abierta: ¿Cuánta información sobre mis usos, mis gustos, mis preferencias... he ido diseminando a través de compras por Internet?

«La privacidad y protección de los datos personales es nuestra máxima prioridad», explican desde BBVA Data & Analytics. «Comunicamos nuestras mejores prácticas para asesorar a los organismos reguladores sobre la innovación de datos. Todo nuestro trabajo se realiza en conformidad con todas las leyes de protección de datos de los países donde operamos. Superamos estos requisitos con nuestros propios estándares de alta seguridad para asegurar no solo el cumplimiento legal, sino también un uso ético y seguro de la información», añaden. Para las comparaciones de bases se trabaja siempre desde la confidencialidad y el anonimato.

Tres herramientas

Commerce360

Analítica masiva de datos para comercios. Facilita a los pequeños y medianos comercios, a través del pago con el TPV, datos sobre las preferencias de sus clientes, procedencia, frecuencia... Y hasta los compara con otros de la competencia, siempre con información anónima. Para facilitar el trabajo al comerciante, le ofrece una serie de pautas para mejorar el rendimiento de su negocio, como campañas personalizadas.

BBVA Valora

Asesoramiento para la compra de una vivienda. El banco facilita una serie de información sobre el valor del inmueble que le interesa comprar al cliente, un precio en comparación con otros de la zona, los servicios de que dispone el banco, el nivel económico medio... para ayudar al usuario a tomar una decisión. Facilita el trabajo incluso más allá de una tasadora. El BBVA intenta así ser no solo una financiadora sino una firma de asesoramiento.

Beconomy

Un «médico» que se dedica a medir la salud financiera. Es una de las últimas aportaciones del uso masivo de datos por parte del BBVA. Se trata de un servicio de ayuda al cliente que sirve para medir su salud financiera, comparar y comprobar sus gastos a diario, el nivel de ahorro medio, la cobertura ante imprevistos... De ahí extrae la situación económica del usuario y le facilita una serie de pautas con las que mejorar su «salud financiera».