Anticorrupción pide investigar si hubo engaño en las cuentas que ofreció el Popular

j. m. camarero MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

La Fiscalía ve dos posibles derivadas penales del caso: por la ampliación de capital y por manipulación de mercado

26 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La Fiscalía de la Audiencia Nacional sostiene que la investigación que se debe iniciar sobre la actuación del expresidente del Banco Popular Angel Ron y su consejo debe centrarse en el engaño que presuntamente -según las querellas presentadas por los afectados- habría ejercido en perjuicio de los inversores afectados después por la liquidación y posterior rescate de la entidad. En el escrito que el pasado día 21 remitió al juez Fernando Andreu, para que iniciara la instrucción del caso, el Ministerio Público advierte de que las condiciones en las que se estableció la ampliación de capital de junio del 2016 «se erigen en el principal exponente de la acción penal». El único consejero que votó contra esa ampliación fue el presidente del Pastor, José María Arias.

La acusación pública recuerda que las denuncias presentadas apuntan a que el grupo habría proporcionado una información de sus estados contables que «no reflejaba la verdadera situación económica de la entidad». E indican que, de haber publicado «una imagen fiel» de esas cuentas, «no se habría efectuado la inversión» por parte de los accionistas. De hecho, esas demandas afirman que «algunas de las diferencias contables de carácter relevante se pusieron de manifiesto meses después» cuando el banco llevó a cabo ajustes contables.

La postura del fiscal considera que esos hechos podrían ser constitutivos de un delito de «falseamiento de la información económico-financiera contenida en los folletos de emisión de los instrumentos financieros o de los datos que una sociedad debe difundir sobre sus recursos, actividades y negocios presentes y futuros para captar inversores». Un acto tipificado con hasta cuatro años de cárcel. Esta pena podría llegar a los seis años «si el perjuicio causado fuera de notoria gravedad», según establece la ley.

De hecho, el informe de Anticorrupción apunta que de las actuaciones de la presidencia del Popular en el 2016 en torno a la ampliación de capital se pueden derivar una «grave repercusión en la seguridad del tráfico mercantil» tanto por la elevada cifra que se pidió al mercado (2.500 millones de euros) como por los miles de accionistas potencialmente perjudicados.

Además, apunta al juez otro presunto delito a investigar, el que podría haber cometido el último presidente del banco, Emilio Saracho: el relativo a la «manipulación del mercado», reflejado en el artículo 284 del Código Penal, castigado hasta con dos años de prisión. Lo hace tras las querellas presentadas por una treintena de afectados, que incluyen a miles de perjudicados, al denunciar una campaña de desprestigio del banco para hacer caer el valor de la cotización de sus acciones y obtener «importantes beneficios». Quedan fuera de la petición de investigación los organismos que intervinieron en el rescate, como el Banco de España, la CNMV o el BCE. Considera no hay «indicios objetivos» contra ellos.

Ayer, la asociación de consumidores Adicae se sumó a las querellas presentadas ante la Audiencia Nacional y llevó la suya contra Ron y Saracho, así como contra sus respectivos consejos.