El precio del kilo se situó a finales de noviembre en 0,70 euros, frente a los 1,10 del año pasado
02 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Tras un caluroso mes de octubre, los productores gallegos de castaña habían depositado todas sus esperanzas en la primera quincena de noviembre con la ilusión de salvar la campaña. Pero el tiempo seco y soleado las hizo trizas. Ni siquiera el frío de los últimos días del mes pasado sirvió para enmendar una temporada que el sector califica como «muy mala», una de las peores que recuerda.
La campaña se inició este otoño más pronto de lo normal, a finales de septiembre. Y lo hizo con grandes expectativas: una alta producción, en el entorno de las 20.000 toneladas, y una buena calidad del producto. Las estimaciones apuntaban a que el precio de kilo oscilaría entre 1,10 y 1,60 euros, pero del comportamiento del mercado en el mes de noviembre dependía el 80 % de la salida del producto fresco. Y la evolución fue muy mala.
Jesús Quintá, empresario y presidente de la Indicación Xeográfica Castaña de Galicia, calcula que respecto al pasado año el consumo ha caído un 30 % por las altas temperaturas. Y como consecuencia, apunta, casi un tercio de la cosecha almacenada se ha estropeado o se ha vendido a un precio muy bajo, en el entorno de los 0,70 euros el kilo. «Una vez que el mercado no responde, debido al buen tiempo, las grandes superficies tampoco tiran de la demanda, y ha habido grandes stocks que se han echado a perder debido a unas malas condiciones de conservación: las altas temperaturas contribuyen a la fermentación de la castaña y la estropean», explica José Barredo, uno de los mayores productores de la comarca de Valdeorras.
De momento, concluida ya la campaña, el sector no ha hecho una cuantificación exacta de las pérdidas. La recolección del fruto es ahora una actividad de autoconsumo y un complemento económico para familias del rural. Cada otoño recogen castaña en Galicia unas 10.000 personas, pero solo hay cuatro industrias comercializadoras. La cadena de valor mueve entre 35 y 40 millones anuales.
A lo largo de los últimos años, se ha ido incrementando el número de explotaciones de castaña profesionalizadas, en las que cada hectárea puede dar un rendimiento anual de hasta 6.000 euros. Pero la comunidad todavía sigue infrautilizando gran parte del territorio. De hecho, Galicia tiene en la castaña una de las principales actividades para dinamizar la economía rural y fijar población en un medio azotado por una crisis demográfica y por la caída incesante de rentabilidad de las actividades ganaderas.
Parte de la cosecha almacenada se echó a perder por el calor que ha hecho este otoño
El precio del kilo se situó a finales de noviembre en 0,70 euros, frente a los 1,10 del año pasado