«La disminución de los vientos de componente norte ha reducido los afloramientos y con ello el alimento del pulpo»

x. m.

ECONOMÍA

Ángel Guerra Sierra, experto en cefalópodos del CSIC, defendió la iniciativa de proteger las zonas de cría

25 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El currículo de Ángel Guerra Sierra (Madrid, 1947) impone. Es doctor en Biología por la Universidad de Barcelona y profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Instituto de Investigacións Mariñas de Vigo. Pero es, sobre todo, uno de los mayores expertos mundiales en cefalópodos. Estuvo ayer en el Foro del Pulpo y defendió la iniciativa de proteger las zonas de cría, en la que ya está trabajando en las islas Cíes con el proyecto Cefaparques.

-¿Qué le está pasando al pulpo? ¿Por qué no levanta cabeza?

-A mi juicio, y esta es mi opinión, las condiciones atmosféricas y oceanográficas en los últimos años han cambiado. La fuerza de los vientos de componente norte en Galicia ha disminuido. La fuerza y el tiempo, es decir, la temporada de vientos norte. Esto hace que las aguas se fertilicen menos porque hay menos afloramientos, menos agua de profundidad que llega a la superficie y por lo tanto menos riqueza de zooplancton y de todos los organismos que son el alimento de las larvas del pulpo. Con menos comida, hay muchos menos supervivientes.

-¿Y la sobrepesca?

-Claro. Los afloramientos son una causa y la otra es que probablemente se haya sobrepescado, porque si hay años de poca abundancia y se incide en pescar se baja a un umbral de adultos que dejan menos descendientes. Eso se entiende, ¿no?

-Perfectamente.

-Pues eso es lo que ha pasado. Son dos factores y uno no lo podemos controlar, que es el cambio climático.

-¿Y qué podemos hacer con el factor que sí controlamos?

-Decir que el cambio climático también ha supuesto una elevación de la temperatura del mar. Todo coincide. En este Foro estamos reunidos todos los sectores para llegar a soluciones en las que todas las partes implicadas demos la opinión y no solo se considere el pulpo como un recurso biológico, sino como un recurso de gran importancia socioeconómica. Por lo tanto, necesitamos medidas de consenso para poner unas normas que den sostenibilidad al recurso. Una de las nuevas visiones que está apareciendo es el descubrimiento de áreas esenciales para el pulpo. Áreas en las que copulan y hacen la puesta y también aquellas en las que los alevines se asientan. Son zonas muy concretas y si descubrimos dónde están esas zonas se podrían proteger, no impedir la pesca, se puede seguir pescando, pero con mayor racionalidad. En una palabra, convertirlas en hatcheries (criaderos).