Otra vez hablamos de la salida a Bolsa de Bankia. Y esta vez no lo hacemos a partir de conjeturas. Hablamos habiendo escuchado a los peritos. Y los expertos lo tienen claro: Bankia tenía graves problemas de solvencia, y estos provenían en gran medida de Bancaja, problemas que de haber sido conocidos hubieran frustrado la colocación de las acciones entre los hogares españoles. Y digo hogares porque fueron los únicos que creyeron en la publicidad de Bankia ¿Qué haber hecho, entonces? Lo que se hizo con las cajas gallegas: equipo gestor independiente y medición de daños. En Galicia tuvimos uno, Castellano, a quien no se le pasó por la cabeza llevar a Bolsa a Novagalicia, porque José María solo deseaba ser lo de siempre, un técnico del más alto nivel. ¿Qué hubiera pasado con Novagalicia si en sus ambiciones hubiera estado llegar a ocupar la silla de Raxoi? Quizás sea bueno preguntarle a Rato en qué pensaba cuando decidió sacar a Bolsa a Bankia, y en que volvió a pensar cuando, viendo que los inversores institucionales le daban la espalda, seguía presionando a las sucursales para que estas colocasen bankias entre abuelas y amas de casa. O en qué pensaba el viernes cuando afirmó, en su defensa, que el valor no se hundió en las primeras semanas, dejando ver de este modo que había una fuerte demanda de la acción ¡Qué desfachatez! Que Rato explique por qué, si existía esa reputada demanda, contrató cuidadores del valor, bancos de inversión, que como JP Morgan compraron 23 millones de acciones en la primera semana y lo siguieron haciendo en las siguientes ¿Por qué tenía generadores de liquidez? ¿Por qué tenía entidades que su única misión era evitar el desplome de la acción? ¿Quién asumía las pérdidas de esos compradores a sueldo? ¡Eso sí que fue una tarjeta black! Pero en este país de vino y toros ya se sabe que nos puede robar la cartera mientras miramos para el burladero. Nosotros, que levantamos la voz para gritar que hemos visto a un financiero tomar gintonics a quince euros. Lo único claro es que la única que ganó con la salida a Bolsa fue la antigua entidad de Rato, Lazard, que recibió 16,5 millones como pago de servicios de asesoramiento y abonó al ex ministro 6,2 en el 2012.
Venancio Salcines es Presidente de la Escuela de Finanzas