Supermario no descansa

Mercedes Mora REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

El BCE baja el precio del dinero al 0,05 % e iniciará en octubre un programa de compra de deuda privada para hacer fluir el crédito y estimular el crecimiento

05 sep 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Europa apenas crece. El crédito no acaba de fluir. El endeudamiento de familias y empresas, que no baja. Y, lo que es peor, los precios, bordeando el precipicio de la deflación. Los problemas crecen. Se acumulan. Y, los líderes de la Vieja Europa, a lo suyo. Casi dos meses llevan consumidos en el nombramiento de los nuevos cargos. Como si la cosa no fuera urgente y los mimbres de la recuperación no precisaran refuerzo.

Menos mal que nos queda Draghi. El italiano no descansa. Pareciera que es el único que conoce la gravedad de la situación. Anda el presidente de la autoridad monetaria muy preocupado. Y hace lo posible -en el corsé del BCE cuesta mucho respirar- para enderezar el rumbo de las cosas. En junio sorprendió al mercado con una batería de medidas. Todas ellas destinadas a desatascar el crédito, vitaminar el crecimiento y conjurar, de paso, el fantasma de la deflación. Y dijo que no había terminado. Era verdad. Ayer volvió a la carga. Propinó otro tijeretazo (el último, según explicó después) al precio oficial del dinero, que ya casi regala: lo ha dejado en un inédito 0,05% («Es el límite inferior, ya hemos tocado suelo», dijo). Elevó la penalización (del 0,10 al 0,20 %) que han de pagar los bancos por dejar el dinero ocioso en las arcas de Fráncfort en lugar de destinarlo a la economía real. Y, lo mejor de todo, dio el pistoletazo de salida a las compras de deuda (privada, claro). Algo así como el quantitative easing (compras masivas de bonos, incluidos los del Tesoro) de la Reserva Federal, pero en pequeño. A la europea.

Le puso fecha, pero no cifras. Explicó que el eurobanco pondrá en marcha en octubre un inédito programa de adquisición de activos titulizados (ABS, de sus siglas en inglés) y bonos garantizados que estará dirigido sobre todo al sector privado y que incluirá la compra de titulizaciones ya existentes y de otras nuevas, y también de cédulas hipotecarias.

¿Medido billón de euros?

«El eurosistema comprará una amplia cartera de ABS simples y transparentes que tendrán un considerable impacto en el balance de la entidad», recalcó el banquero, tras aclarar que los detalles se conocerán el 2 de octubre, fecha de la próxima reunión del consejo del BCE. Todo para aliviar a los bancos de ciertas cargas y dejarles el camino expedito para que se dediquen de lleno a su cometido natural: prestar dinero. De la envergadura del plan, nada dijo el italiano. Pero, la agencia Reuters aseguró por la mañana que la cifra que se maneja es de medio billón de euros.

No tuvo reparos Draghi en admitir que no hay consenso en el seno de la institución. Es más reconoció que la decisión de recortar otra vez los tipos no fue unánime. «Algunos del consejo querían hacer más, y otros menos. Nos hemos quedado en el camino del medio», dijo.

Y, tras negar que las medidas adoptadas ayer supongan una rectificación a un posible error de cálculo cometido en junio, aseguró que están decididos a seguir actuando, que no les temblará la mano si, llegado el caso, son necesarias nuevas actuaciones monetarias no convencionales.

Buena acogida en los mercados

Draghi, en fin, movió ficha y los inversores lo celebraron, si no por todo lo alto, sí con alegría. Las bolsas -salvo Londres- se anotaron subidas próximas al 2 % y en los mercados de deuda, las primas de riesgo cedieron posiciones. La española bajó hasta los 118 puntos, niveles previos al rescate heleno.