Francia, el nuevo enfermo del euro

mercedes mora REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Hollande ha prometido reducir el paro, que afecta a 3,29 millones de ciudadanos.
Hollande ha prometido reducir el paro, que afecta a 3,29 millones de ciudadanos. KENZO TRIBOUILLARD < / span>Afp< / span>

Bruselas duda de la capacidad de Hollande para embridar el déficit

06 ene 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Hace ahora algo más de un año que la revista británica The Economist le sacaba los colores a Francia, llevándola a su portada para calificarla como «una bomba de relojería en el corazón de Europa». Para ilustrar la información, siete baguetes envueltas en la bandera gala con una mecha ardiendo.

No era la primera vez que el semanario arremetía contra algún socio del euro. Antes le había tocado el turno a Grecia, con aquella polémica portada de noviembre del 2011, en la que las tres E que contiene el nombre de Grecia en inglés (Greece) adoptaban la forma del símbolo del euro (?) y volaban hacia el Partenón, anunciando la ruina de la moneda única. O aquella otra, en mayo del 2012, en la que un relevista olímpico, enfundado en el chándal griego, incendiaba con la antorcha un billete de 20 euros. Tampoco tuvo piedad con España, a la que, en agosto del año pasado, casi en lo peor de la tormenta, la caracterizó como un toro banderilleado al que a punto está de caérsele la S de Spain. Sin ella, lo que queda del nombre del país en inglés (pain), significa dolor.

Polémicas o no, la portadas de The Economist no iban desencaminadas. Y en el caso de Francia ha resultado de lo más premonitoria. No en vano, el país ocupa ahora el centro de las preocupaciones por la salud del euro. Es más, son mayoría quienes opinan que Francia se ha convertido en el principal freno a la recuperación en Europa. Y todo por su retraso en acometer las reformas de fondo exigidas para incrementar su productividad y competitividad.

La Comisión Europea considera al Gobierno del socialista François Hollande incapaz de respetar el compromiso de situar el déficit por debajo de la sacrosanta barrera del 3 % en el 2015, si no lleva a cabo nuevas reformas estructurales. Bruselas pronostica para el 2014 y el 2015 un aumento del PIB francés del 0,9 % y del 1,7, respectivamente, cifras exactamente iguales a las previsiones de París tras un tímido repunte del 0,2 % en el 2013.

Discrepancias

La principal divergencia afecta al paro, que Bruselas sitúa en el 11 % para el año que acaba de terminar y en el 11,3 % en el 2015, mientras Hollande ha prometido a los ciudadanos que no tardará en darle la vuelta a la curva del desempleo. En noviembre, este golpeaba ya a 3,29 millones de ciudadanos galos, una cifra récord.

En los despachos de la capital belga aguardan con impaciencia que Francia emprenda las reformas serias a las que se comprometió en contrapartida por la venia de dos años, del 2013 al 2015, que se les concedió en mayo para cumplir el objetivo del 3 %. Saben en Bruselas que París no dispone de margen de maniobra si sus cuentas se desvían. Y eso, porque la presión fiscal ha alcanzado niveles récord y tiene muy descontentos a los ciudadanos.

Así las cosas, el presidente galo estaría obligado a tirar de tijera y recortar gastos a diestro y siniestro. Todo un tabú en el paraíso de los funcionarios, los corporativismos y las huelgas en el sector público, que dicen en Bruselas.

Esos y otros argumentos similares son los que han llevado a Standard & Poor?s (S&P) a ensañarse con Francia, a la que hace bien poco le asestó un duro golpe, rebajándole la calificación otro escalón. «Pensamos que el nivel de paro aminora el apoyo popular en favor de nuevas medidas de envergadura en materia de política presupuestaria y de reformas estructurales», apuntan desde S&P para justificar la medida. Les preocupa, y mucho, la incapacidad de los poderes públicos galos de recortar el gasto que, a juicio de la agencia, seguirá por encima del 56 % del PIB en el 2015.

Defensores

Pero, no todos comparten la opinión de S&P y de Bruselas. El siempre crítico Paul Krugman dedicaba hace algunas semanas en su blog una entrada a Francia, en la que atribuía la decisión de Standard & Poor?s a consideraciones puramente ideológicas, sin olvidarse de una presumida voluntad deliberada y compartida con la Comisión Europea de poner en tela de juicio el modelo social galo. «Francia ha cometido el pecado imperdonable de ser presupuestariamente responsable sin infligir dolor a los pobres y a los desafortunados. Y ese pecado debe ser castigado», escribió.

En Bruselas ven a Francia como la principal amenaza para la recuperación

El descontento social es máximo por una elevada presión fiscal y un paro récord