La Xunta, en el nuevo anteproyecto de emprendimiento, prepara una serie de medidas que, a priori, parecen bien encaminadas, pero creemos que no son suficientes para solucionar los graves problemas que se encuentra quien quiera poner en marcha una iniciativa empresarial. La falta de financiación, las trabas administrativas existentes y la falta de una fiscalidad adecuada son serios impedimentos para la creación de empresas y fomentar el autoempleo.
La mejora en el acceso a la financiación que se propone está bien encaminada, pero, a nuestro juicio, se deben potenciar más los mecanismos que hagan que las entidades financieras se impliquen directamente en la concesión de crédito.
Debemos aplaudir la simplificación del régimen de licencias municipales, pero quedan muchos trámites administrativos que es necesario reducir y unificar. Existen bastantes actividades empresariales en las que en su inicio transcurren meses realizando un continuo peregrinaje entre organismos oficiales.
Si a esto unimos la altísima tributación existente, tenemos un cóctel explosivo que desanima a poner en marcha cualquier iniciativa empresarial, por brillante que sea. En nuestro país no falta iniciativa, faltan facilidades para ponerla en práctica. Entendemos que es totalmente necesaria una tributación de muy bajo coste para el emprendedor durante los primeros años de actividad.
Ver en los noticiarios, con bastante frecuencia, casos de brillantes ideas empresariales que han de ser puestas en marcha fuera de nuestro país por alguno de los problemas señalados debería hacernos sonrojar.
Lo que se deje de recaudar ahora en impuestos y seguridad social por ayudas fiscales al colectivo de emprendedores lo veremos multiplicado en el futuro en forma de creación de puestos de trabajo, mayor consumo interno y crecimiento económico en España.