«Danzad, danzad, malditos»

Por Venancio Salcines

ECONOMÍA

España ha vuelto a someterse a los intereses de Alemania. El halo de esperanza abierto por el presidente del BCE se desvaneció en apenas una semana al asumir que no es otra cosa que una simple filial del Bundesbank

05 ago 2012 . Actualizado a las 14:22 h.

«Danzad, danzad, malditos», con ese título, en 1969, Sydney Pollack dirige una película que refleja la realidad social de Estados Unidos durante la Gran Depresión. Con la esperanza de ganar 1.500 dólares, una cantidad que antes del crack no le hubiera quitado el sueño a nadie, gente de toda edad y condición se apuntan a una maratón de baile que dura días y días. Mientras los concursantes, gente corriente, fuerzan los límites de su resistencia física y psíquica, una elite morbosa se divierte contemplando su sufrimiento.

Cierro los ojos y así veo a España desde hace tres meses, bailando y bailando, al límite de su resistencia, agotada, sin escuchar el ritmo de la música. Buscando los 1.500 dólares. Llegamos tarde a la pista y no sabemos muy bien por qué puerta entramos. Y si no fuera porque dicen que estábamos embriagados, llegaría a pensar que alguno, aprovechando un traspié, con un golpe de cintura nos tiró a la arena.  

Mire, le confieso que mientras escribo esta líneas, que no son más que una simple opinión, estoy cargado de ira, derrota y resignación. Aún no he metabolizado la cuchillada de Alemania. Usted no se dará cuenta, pero entre cada uno de los párrafos que lee, debo parar. Tanta rabia no me ayuda a escribir.

El jueves España se levantó con esperanza, las bolsas arrancaban en plano, según avanzaba el día el IBEX mostraba sus ganas de crecer. Así estuvo hasta que Draghi compareció ante la prensa. Empezó a hablar y el país entero se dio cuenta de que el Banco Central Europeo dejaba de disimular, asumía que era una simple filial del Bundesbank y su gobernador el leal guardián de los intereses germanos.  

La meta no es otra que incrementar el consumo de las familias germanas reduciendo el peso de la deuda

Dirán que son garantes de la ortodoxia económica y que su meta es proteger a Europa de tensiones inflacionistas pero no sabrán explicarnos que si esto es así, por qué intentan incrementar la liquidez en la eurozona. Las dos últimas medidas de Draghi, bajada de un cuarto de punto y eliminación de la remuneración a los depósitos de los bancos en el BCE, tienen carácter inflacionista, especialmente para la economía germana, que es la que absorberá el grueso de la liquidez ¿Y cómo es que lo permite el Bundesbank? Sencillo, el único motor de crecimiento que no acaba de arrancarle a Merkel es el consumo, y una manera eficaz de activarlo es con subidas generalizadas de precios. Los sueldos, al estar conectados con el coste de la vida, tienden a actualizarse en igual medida; las deudas no. Esa es la meta, incrementar la capacidad de compra de las familias alemanas reduciendo el peso de las deudas en su presupuesto familiar. Imagínese usted que su sueldo subiese por término medio entre un 4% y un 5% anual y tuviera una hipoteca de 800 euros anclada al euribor. Al cabo de cuatro años tendría sobre 160 euros al mes más para gastar. No está mal. Llenar Europa de billetes proporciona por tanto dos beneficios a los alemanes, el primero, inflación moderada, el segundo, que el referente de las deudas de los germanos, el euribor, se mantenga bajo ¿Y España? Se beneficia de las bajadas de los tipos en el interbancario y nada más. La liquidez, salvo que venga de la mano de un banco español, no cruza los Pirineos.

La orquesta no quiere parar de tocar. Da igual que el cuerpo del danzante solo muestre dolor. Lo hará a su hora y en su momento, dicen, salvo que lo pida la dueña del local y esta se ha ido de vacaciones y ha pedido que no la molesten en su merecido descanso. Rajoy no tiene salida. Es cierto que Zapatero parecía el triste capitán de un viejo barco, corriendo de un lado a otro, taponando fugas y llegando siempre tarde, pero Rajoy empieza a recordarme a Carlos IV, taciturno, alejado, superado. Consciente de que hay un poder que lo controla y mora más allá de nuestras fronteras. Nadie quiere un gobernante títere, por muy justificado que sea su sometimiento. El rescate lo hundirá definitivamente.

Y es que es así, habrá rescate y será en cero con cinco. España deberá pedir ayuda a la Unión Europea, esta redactará un memorándum u hoja de ruta de obligado cumplimiento y, en la medida en que seamos buenos ejecutores de las medidas dictadas, el fondo intervendrá en los mercados de deuda para abaratar los costes de financiación de España ¿Se da cuenta? Hemos perdido nuestra soberanía económica ¿Y a cuento de qué? ¿De los mercados? Pero, ¿qué locura nos quieren vender? Los mercados se mueven por las expectativas de retorno, les da igual que vivamos en una democracia o en una dictadura. Todo su universo entra en una hoja de cálculo.

A los mercados les da igual si vivimos en una democracia o dictadura; su universo en una hoja de cálculo

Se imagina usted que su banco ante el impago de un par de cuotas de un préstamo le llamara y le pidiera explicaciones sobre su estilo de vida. No. Claro que no. Lo único que le recomienda es que se busque la vida para alcanzar un punto en el que sus ingresos cubran sus gastos. Bien, pues ese punto extrapolado al Estado se denomina superávit primario. Alcanzado ese nivel lo previsible es que el volumen de deuda empiece a descender y las cuentas públicas entren en una bola de nieve positiva.

En un mundo de cuerdos, lo lógico es que la UE negociase con España un calendario para obtener superávit primario y que las medidas de ajuste a aplicar surgiesen del debate político nacional ¿Que posiblemente no habría mucha diferencia entre lo que nos propondrían y lo que nosotros decidiéramos? Cierto. Pero si hay que echarle sal a mi plato, déjenme hacerlo a mí.

Jens Weidmann, el funcionario que ha doblegado a Rajoy el jueves, siempre ha sido un hombre de confianza de Angela Merkel. Con 32 años lo nombró secretario del Comité de Expertos Económicos ¿Su saber? Una tesis doctoral en teoría monetaria y haber estado de becario en el Banco de Francia y en el de Ruanda. A los 36 años asciende a fontanero de Alemania en el G-8 y en el G-20 ¿Misión? Defender los intereses de la cancillería alemana. Ahora, como premio y con cuarenta y cuatro años, gobierna el Bundesbank.

Este político leal al CDU, Weidmann, dirige la orquesta y no quiere fugas de agua en el mapa geopolítico que están construyendo. Una intervención del Banco Central Europeo aliviaría a España, incluso podría hacerlo de tal modo que Rajoy pudiera moderar su agenda reformista y reducir drásticamente su dependencia. Ahora ya no ocurrirá. Recurriremos al Fondo de Estabilidad y en ese mismo momento el cuadro de mando de la economía española estará bajo su orbita. Seguiremos siendo un peón de ajedrez en un tablero que no hemos construido ¿El bienestar de los españoles? Un daño colateral.

Y por esa misma razón, el control de Europa, se opone a que el Fondo, cuando se transforme en Mecanismo de Estabilidad, tenga ficha bancaria. Son conscientes de que si se alimenta exclusivamente de los recursos aportados por los estados, siempre mandarán ellos. Ninguna ampliación de capital puede triunfar si su aportación. Una transformación a ficha bancaria rompería esta dependencia, el Mecanismo podría alimentarse en el BCE. Se quedarían sin poder utilizar la fuerza bruta que le proporciona su dinero.

Así empezaremos el lunes, danzando y danzando. Y seré poco ambicioso con la semana entrante, solo le pediré que Rajoy llame a las cosas por su nombre ¿Es mucho pedir? Me duelen demasiado los pies.

Venancio Salcines es presidente de la Escuela de Finanzas @venan_salcines