España se juega su poder en Europa

daniel basteiro BRUSELAS / SERVICIO ESPECIAL

ECONOMÍA

Salvo sorpresa, el país se quedará sin su puesto en el consejo del BCE

09 abr 2012 . Actualizado a las 07:09 h.

Además de haberse convertido en el principal quebradero de cabeza de la eurozona, España se juega estos días buena parte de su influencia en Europa. Cada vez que hay un cargo europeo a repartir, entre las capitales de la Unión Europea se multiplican los contactos ensalzando las virtudes de los posibles candidatos. Se trata de un proceso tan discreto como complejo en el que debe conjugarse el curriculum vitae, el país de procedencia y los intereses y muy diversas sensibilidades culturales del resto de los socios europeos. Cuando los cargos a repartir son cuatro, como ocurre ahora mismo en la UE, el proceso se convierte en un juego solo apto para los más audaces.

España se juega en este contexto el ser o no ser en la primera línea de poder europeo y particularmente en la moneda única. No en vano, tres de los cargos que aguardan sustituto son de vital importancia en la gestión de la crisis de deuda pública. Se trata de una silla en el Comité Ejecutivo del BCE, la presidencia de las reuniones de ministros de Economía del euro (o Eurogrupo), y la gerencia del fondo de rescate de la UE. Además, está en juego la presidencia del BERD, el Banco Europeo para la Reconstrucción y Desarrollo.

El mandato del miembro español del Consejo Ejecutivo del BCE, José Manuel González Páramo, termina en junio, tras ocho años. El Gobierno ha postulado para sustituirlo a Antonio Sainz de Vicuña, un viejo conocido del BCE, ya que dirige el servicio jurídico de la institución desde hace 14 años. El puesto permitiría a España tener un vigía e influir en la institución presidida por Mario Draghi a través del directorio de seis miembros que lleva el día a día de la institución.

Pacto no escrito

A pesar de que hay un pacto no escrito para que tengan silla en ese órgano los cuatro países más importantes del euro (Alemania, Francia, Italia y España), el Gobierno solo cuenta con el apoyo de Nicolas Sarkozy. El respaldo, hecho público hace dos meses, se ha debilitado en las últimas semanas por las dudas de Alemania, que no se decanta. Además, París opta a conseguir la presidencia del BERD, por lo que podría decidir no ser un obstáculo para alguno de los otros aspirantes a cambio de asegurarse un cargo extra.

En la última reunión de ministros de Economía europeos, el candidato luxemburgués, Yves Mersh, se confirmó como verdadero favorito al puesto, que se otorgará probablemente a lo largo de este mes. «Se evitaría así un BCE copado por países del sur, con un presidente italiano, un vicepresidente portugués y un miembro español», aseguran fuentes comunitarias.

El poder económico reside en estos momentos en Berlín, que conserva la mejor nota a la solvencia que otorgan las agencias de calificación de riesgo. En torno a la capital alemana se agrupan Luxemburgo, Finlandia, Holanda o Austria, todos reticentes al nombramiento de Vicuña.

Pérdida de influencia

Perder el puesto en el BCE sería toda una rebaja en términos de influencia en la UE para España, salvo que se compensase con otro cargo. Hace unas semanas, Luis de Guindos fue colocado en la carrera por la presidencia del Eurogrupo por un diario, que aseguró que es visto por el Gobierno como el favorito al cargo. En Bruselas no hay constancia de tal candidatura, desmentida también por el ministro de Economía, que se estrenó en enero en las reuniones que desde el 2005 preside el luxemburgués Jean-Claude Juncker. «Eso no está todavía encima de la mesa», aseguró de Guindos. ?Hay una serie de puestos abiertos en Europa y evidentemente hay opciones?, se limitó a decir. Para ese puesto se barajan el nombre del ministro alemán, Wolfgang Schäuble, y el primer ministro finlandés, Yirki Katainen. Sin embargo, la prensa alemana ve la candidatura oficiosa del germano como una distracción de sus funciones como ministro y el segundo no goza por el momento de simpatías suficientes.

Fondo de rescate

Ante la dificultad de ocupar los dos primeros puestos, España pretende conseguir la gerencia del fondo de rescate del euro. La ex directora general del Tesoro y ex consejera del Banco de España Belén Romana es la aspirante con más posibilidades, según fuentes comunitarias. La clave está, en estos momentos, en lo que diga Alemania. Angela Merkel podría preferir conservar la presidencia del BERD o la del fondo de rescate, ambas en manos de alemanes. Sin embargo, lograr la presidencia del Eurogrupo dispararía las posibilidades de Romana para gestionar los rescates de la eurozona.

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