El ajuste en NCG podrá ser con un ERE, despidos o bajada de sueldos

Rubén Santamarta Vicente
rubén santamarta REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Los sindicatos piden al FROB que aclare el futuro del banco ante las incertidumbres abiertas en la plantilla

01 feb 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El plan de ajuste laboral de la dirección de Novagalicia Banco (el nombre comercial de NCG, la entidad nacida de Novacaixagalicia) ha dejado en la plantilla de la primera entidad financiera gallega más incertidumbre que temor. «Ya se sabía que iba a haber un ajuste, pero por ahora solo hay un folio en blanco, no hay nada decidido», explican fuentes sindicales. Las centrales, y también la dirección, no se cierran a nada para recortar entre 600 y 700 empleados (180 de ellos en Galicia, en servicios centrales). Eso quiere decir que no se excluye ni un ERE voluntario, ni uno forzoso con indemnizaciones menores y despidos; ni prejubilaciones, ni salidas voluntarias, ni bajadas de salarios generalizadas. Por lo pronto, los sindicatos UGT, CC.?OO. y Csica han pedido por escrito una entrevista con los tres representantes del FROB en Novagalicia para que expliquen «las intenciones que tiene [el Estado] con respecto al futuro de la empresa», ante la incertidumbre que pesa en el sector y ante las sospechas de algunos empleados de que el ajuste es solo una operación para vender la entidad.

¿Qué números hace la dirección de NCG?

La entidad necesita ahorrar 50 millones de euros en personal, y una cifra sin desvelar de otros gastos (informática, publicidad, administración...), porque el negocio financiero ha caído de forma muy notable en los últimos meses, y porque trata de implantar un nuevo modelo de banco, con un 10 % menos en gastos de personal año a año. Ese modelo pasa por recortar 110 oficinas fuera de Galicia, León y Asturias. Se marca como objetivo que en los servicios centrales de A Coruña y Vigo (y algunos que hay en Madrid) no haya más de 1.325 empleados. Y para ello es precisa la marcha de entre 250 y 300 personas. En total, el ajuste alcanzará a entre 600 y 700 trabajadores, sobre los más de 6.000 actualmente en la entidad financiera.

¿En qué condiciones saldrán los empleados?

Es una incógnita. No se descarta nada. Pero tampoco se sabe nada: ni qué perfil de empleado será el que salga, ni con qué indemnización, ni en qué plazo... El banco no ha marcado un calendario, aunque asegura que ese fuerte recorte tiene que abordarse «cuanto antes». Solo se sabe que el grueso estará en la red de fuera de Galicia, Asturias y León, donde están las oficinas deficitarias: en 160 de ellas el negocio financiero no da para cubrir gastos. Lo que parece seguro es que no se podrá llegar a las condiciones con las que salieron los empleados tras la fusión de las dos cajas: ya no hay reservas con las que pagar su marcha.

¿Qué pasa con la red y empleados gallegos?

Serán los menos afectados, porque el banco considera que la estructura existente en Galicia -donde el negocio sí da beneficios- es adecuada. Salvo en los servicios centrales de A Coruña y Vigo.

¿Quién propone ese ajuste?

Entre los sindicatos, la idea más extendida es que este ajuste viene obligado por los inversores que quieren entrar en la entidad, pero sin descartar que se esté adelgazando la plantilla ante un hipotético proceso de compra por parte de un gigante del sector. La entidad lo rechaza con este argumento: si se estuviera pensando en una venta no se mantendría personal en servicios centrales, porque estos desaparecerán si NCG acaba en otras manos.

¿Qué está haciendo el resto del sector?

A la espera de que el Gobierno presente esta semana unos duros requisitos para el sector, varias firmas están avanzando ya planes de recorte de personal y otros gastos ante las necesidades de nuevas provisiones, es decir, más fondos. Casi todas las entidades, curiosamente, tienen como asesor al bufete Sagardoy, el mismo que trabaja para Novagalicia, según apuntan los sindicatos. Entre otros procesos, hay un ERE rotatorio para toda la plantilla en Banca Cívica. BMN y Kutxabank (la nueva entidad única vasca) también están en negociaciones con los sindicatos.

¿Será suficiente con este plan de ajuste laboral?

No. Ya se creía que sería suficiente con la salida de 1.230 empleados (prejubilados con un ERE) al fusionarse Caixa Galicia y Caixanova, pero no llegó. La entidad amplió ese ERE a 350 empleados más, pero apenas se han inscrito 70. De hecho, pese a la incertidumbre abierta esta semana, no se han apuntado más empleados, a la espera de que se aclaren las condiciones. La entidad, en todo caso, precisa ahorrar 50 millones de euros cada año, no solo en el 2012, salvo que el negocio financiero pegue una subida, algo muy improbable.