La UE aprueba un plan de rescate para Portugal de 78.000 millones de euros

Dpa

ECONOMÍA

Según Elena Salgado, Espala avalará 5.000 millones del rescate ruso.

16 may 2011 . Actualizado a las 23:31 h.

Los ministros de Finanzas del Eurogrupo aprobaron este lunes en Bruselas el paquete de rescate para evitar el hundimiento de la economía de Portugal, por valor de 78.000 millones de euros a tres años, pero condicionaron una nueva inyección financiera a Grecia, de entre 30.000 y 60.000 millones, a que Atenas haga más esfuerzos de austeridad.

Del rescate luso, la Unión Europea (UE) aportará 52.000 millones de euros y el Fondo Monetario Internacional (FMI) 26.000, mientras que España avala 5.000 millones de euros de este «tramo europeo», según confirmó la vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado en la reunión del Eurogrupo de este lunes en Bruselas.

Portugal es el tercer país miembro de la eurozona que necesita ser rescatado por la Unión Europea (UE) y el FMI para evitar la quiebra, tras Grecia (en abril de 2010, con 110.000 millones) e Irlanda (este año, con 85.000 millones).

Pero a cambio Lisboa deberá aplicar más programas de ajuste y sacrificios para reducir su déficit. Según el FMI, ello tendrá una pesada consecuencia: una contracción de la economía del 2,2% en 2011 y una tasa de desempleo del 13%.

El rescate luso ejemplifica los graves problemas de endeudamiento de los socios periféricos de la moneda única, que si no se atajan podrían contagiarse al resto de miembros de la UE.

Hace poco más de un mes, el primer ministro luso en ejercicio, el socialista José Sócrates, tuvo que pedir, a su pesar, la ayuda exterior de Bruselas y Washington para evitar el colapso de la frágil y altamente endeudada economía lusa. Al perder el apoyo parlamentario, después de que se rechazara un nuevo plan de ajuste, Sócrates presentó su dimisión.

A cambio de la ayuda externa, el próximo gobierno portugués, que emane de las urnas en las elecciones anticipadas del 5 de junio, deberá decidir qué nuevos esfuerzos de austeridad exige a los portugueses, con el objetivo puesto en el saneamiento de las agujereadas finanzas estatales.

El paquete para Lisboa logró salir adelante a pesar de la ausencia en Bruselas del director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, uno de sus promotores, acusado por presunto intento de violación de una joven camarera del hotel de Nueva York donde se alojaba. Estuvo presente una de sus adjuntas para representarle en la reunión.

El camino para la aprobación del paquete a Lisboa quedó libre después de que el parlamento de Finlandia diera su visto bueno y de que el partido Auténticos Finlandeses, que se oponía a la ayuda a Lisboa, modificara su postura a cambio de exigir a Lisboa mano firme en las reformas.

El próximo gobierno luso tendrá que aplicar nuevas medidas de choque para lograr reducir el déficit público del 9,1 por ciento del PIB en 2010 hasta niveles menores al 3 por ciento, como marca el Pacto de Estabilidad, para 2013.

Para volver a abrir el bolsillo para ayudar a Grecia, los ministros del Eurogrupo dejaron claro que Atenas debe acometer nuevas medidas de ajuste, entre ellas una aceleración de su plan de privatizaciones.

«Grecia tiene un gran potencial de privatizaciones y los griegos deben ayudarse a sí mismos antes de pedir más dinero», comentó la ministra austriaca de Finanzas, Maria Fekter.

«Respaldamos que el plazo del plan griego se aplique, darles más tiempo. Pero no podemos pagar más tramos (de la ayuda) si las reformas estructurales no están visiblemente en la buena vía», subrayó.

El ministro holandés del ramo, Jan Kees de Jager, alertó de que Grecia «no va por buen camino» y por ello pidió a Atenas más sacrificios. En la misma línea se pronunció el comisario de Economía del bloque, Olli Rehn.

Precisamente, hoy se dieron a conocer en Holanda los resultados de una encuesta, según la cual el 58% de ciudadanos holandeses afirma que su país, uno de los principales contribuyentes a las arcas europeas, no debería dar «ni un céntimo más» para Grecia, ante la posiblidad de que tenga que pedir un nuevo rescate.

Grecia, afirma Rehn, «debe tomar medidas de consolidación fiscal este año». Y es que las cifras cantan: según las previsiones económicas de primavera, presentadas el viernes pasado por la Comisión Europea, el déficit heleno se colocará este año en el 9,5% del PIB y en 2012 en el 9,3%, respecto al 7,6 y 6,5 que prevé su programa de ajuste.

Mientras, siguen intensificándose los rumores sobre la necesidad de una reestructuración de la deuda helena y algunos de los mayores contribuyentes netos a las arcas de la UE como Alemania hacen patente entre bastidores su disgusto por tener que abrir de nuevo el bolsillo. La UE analiza la posibilidad de solicitar a los bancos y aseguradores europeas que también arrimen el hombro en este segundo rescate griego.

Entre las opciones complementarias a la de ayuda pública, los socios de la UE desean que las entidades financieras privadas del bloque comunitario (también las de Grecia) extiendan el plazo de devolución de los préstamos otorgados a Atenas y adquieran los bonos helenos emitidos a lo largo del período que dure este nuevo rescate.