-¿Qué pasa con la feria de A Estrada?
-Va a menos porque las instalaciones dejan mucho que desear. En el siglo XXI no se pueden mantener en esas condiciones. En Lugo son sencillas, pero adecuadas. Que quede claro que me refiero a la feria, no a los fabricantes, que hay un núcleo importante, al igual que en Ourense y en Lugo.
-¿El modelo Ikea está haciendo daño a las mueblerías gallegas?
-Ese es otro tipo venta. La competencia no se produce tanto en muebles como en otros objetos para el hogar. Ikea está ahí. Nosotros estamos en contra de que haya más grandes superficies porque la oferta está sobrepasada, pero si Ikea planea instalarse por aquí, mejor que venga a Galicia, que a León. La multinacional sueca con lo que sí acabó fue con la venta de mueble usado. Su clientela es gente joven, entre 25 y 30 años, que se va a desplazar allí donde se monte, con lo que es preferible que lo haga en Galicia, porque genera un consumo paralelo que se quedaría aquí. -¿Qué camino tiene que seguir el mueble gallego?