Antonio Ramilo Fernández Areal, el que fue presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) entre 1991 y el año 2000, y alcalde de Vigo entre 1973 y 1975, falleció ayer a los 77 años de edad, tras una larga enfermedad que lo había mantenido alejado de la vida pública en los últimos años. Su cuerpo está siendo velado desde ayer en la sala número diez del tanatorio vigués de Pereiró. El entierro tendrá lugar hoy en el cementerio de San Miguel de Oia. Previamente, a a las cuatro y media de la tarde, se oficiará una misa funeral en su memoria en la capilla del propio tanatorio. Nacido en Buenos Aires en el año 1928, Antonio Ramilo, casado y con siete hijos, fue presidente de la empresa granitera Ramilo S.?A., además de accionista de Aguas de Mondariz y del extinto grupo Mar, y socio de la empresa de precocinados Procsa. En su dilatada trayectoria pública destacó por ser el fundador, en 1976, de la Confederación de Empresarios de Pontevedra, tras dirigir desde 1972 el Consejo de Empresarios de Pontevedra, germen de la actual patronal. Durante su etapa de alcalde de Vigo se convirtió en precursor del desarrollismo urbano del municipio, tras suceder en el cargo a Rafael Portanet. Abogado, político y empresario con fama de duro en las negociaciones, fue considerado desde su juventud como uno de los intelectuales de la Unión de Centro Democrático y, posteriormente, colaboró de forma activa con Manuel Fraga en la formación de la Alianza Popular de Galicia. En su faceta dentro de la organización empresarial fue uno de los miembros fundadores de la CEOE, y también ayudó a gestar la Confederación de Empresarios de Galicia, que luego presidiría desde 1991 y durante nueve años. Antes, Antonio Ramilo, sobrino del ilustre arquitecto Antonio Palacios, ocupó un escaño en el Senado por la provincia de Pontevedra entre los años 1986 y 1989.? Muestras de condolencia Tras conocerse ayer la noticia de su fallecimiento se sucedieron las muestras de condolencia en la ciudad. Autoridades gallegas y viguesas mostraron públicamente su pesar, y elogiaron el trabajo desarrollado por Ramilo Fernández Areal en favor de la cohesión de la clase empresarial gallega.