Angélica Rueda: «Mi ilusión y mi meta es llegar a formar parte de la Banda de Lalín»

amelia ferreiroa LALÍN / LA VOZ

LALÍN

miguel sotuo

Destaca la iniciativa de la banda en posibilitar la formación musical de adultos

10 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La música siempre jugó un papel fundamental en la vida de Angélica Rueda Leal, pero la falta de tiempo para dedicarse plenamente a ella y una delicada situación económica echaron por tierra sus deseos. Sin embargo, con el paso de los años y con los miles de kilómetros que la separan de su Colombia natal, en Lalín ha vuelto a apostar por su ilusión gracias a la escuela de la banda que abre sus puertas a incorporaciones de alumnos de todas las edades, incluyendo adultos. Su contacto con la música, comenta Angélica, viene de muy atrás y de un programa de televisión que nunca se perdía.

—La música siempre estuvo ahí, formé parte de una banda en Colombia, pero ahora llevo seis meses en Lalín a donde llegué a través de un reagrupamiento familiar y tuve la suerte de encontrarme con esta oportunidad de entrar en la escuela de la banda. Además me influenció muchísimo un programa televisivo que nunca me perdía: El Conciertazo, de música clásica que emitía Televisión Española.

—¿Cómo supo de la existencia de la escuela y de la posibilidad de matrícula para adultos?

—Fue la asistente social del Concello de Lalín quien me comentó que existía esta opción, al saber que quería hacer algo relacionado con la música. Me pareció extraordinario encontrar algo tan pronto y poder dar salida a una ilusión que tenía desde hacía tiempo. Así fue como mi padre me anotó en la escuela, y aquí estoy.

—¿Fue la única adulta que se incorporó al grupo de estudios?

—No. Creo que somos cuatro adultos los que dimos este paso, dentro de una iniciativa extraordinaria que nos ha brindado la Banda de Lalín, que es abrir las puertas de su escuela a personas de cualquier edad cuyo nexo común es aprender música, independientemente también de si se tienen conocimientos musicales o no.

—¿Cómo está siendo su aprendizaje por el momento?

—Muy interesante. Al principio fue un poco raro ver alumnos con grandes diferencias de edades pero lo que percibo es una misma ilusión. Estamos en la escuela para aprender y eso es algo que se palpa.

—¿Qué cambios percibe entre la enseñanza musical de su país y la que se imparte aquí?

—Musicalmente no noté diferencias entre Colombia y Galicia. Sin embargo creo que acá la técnica es diferente, y pienso que la experiencia aquí en enseñanza musical es superior. Creo que se les nota un profundo amor por la música y por la enseñanza como nos transmite la profesora Marta (Romero Montouto, jefa de estudios de la Escuela de Música de la Banda de Lalín).

—¿Por qué instrumentó apostó?

—Por el clarinete (risas), pero también siento mucho interés por el violín y me gustaría mucho aprender a tocar el piano... De momento estoy centrada en el clarinete, y en las clases que tenemos los jueves tanto en su parte práctica como teórica.

—¿Su interés por la música le viene de familia?

—Pues lo cierto es que en mi familia no hay músicos, y únicamente nos gusta a mi hermano menor y a mi. Pero desde luego que mi ilusión y mi meta es llegar a formar parte de la Banda de Lalín algún día, y por ello me esfuerzo y trabajo.

—Como cualquier músico entiendo que le gustaría estar en algún concierto, ¿tienen alguno a la vista?

—De momento que yo sepa, no. Estamos todavía en fase de aprender, y no nos comentaron esa posibilidad. Claro que me haría mucha ilusión y entiendo que a mis compañeros de la escuela también, pero todavía tenemos que seguir preparándonos para ello.

«No es fácil adaptarse, pero no tener miedo a que te roben el bolso no tiene precio»

Adaptarse a un pueblo de algo más de 20.000 habitantes como Lalín después de vivir en una enorme urbe no ha sido fácil para Angélica Rueda Leal, en los seis meses que lleva viviendo en la capital comarcal. Lo que no tiene precio, dice, sin embargo es la seguridad que encontró aquí. «Vengo de una gran ciudad y Lalín es un pueblo por lo que es difícil al principio adaptarse. Echas de menos el bullicio, los grandes almacenes y la vida de la ciudad, pero por contra encuentras aquí alimentos con facilidad y algo tan importante como es la seguridad. No tener miedo a que te roben el bolso o el celular en la calle no tiene precio. En mi país lo que más preocupa es precisamente la inseguridad, y aquí afortunadamente se vive muy tranquilo», constata Angélica.

Las oportunidades musicales que se ofrecen en Galicia; y muy particularmente en Lalín, son también muy valoradas por la joven. «No pensé estar estudiando en una escuela de música a los seis meses de llegar. Todo fue muy rápido. Cierto que buscaba hacer algo así, relacionado con lo que más me gusta, pero tan rápido ni lo soñaba». Del proceso de aprendizaje que están llevando a cabo los alumnos en el centro considera que «estamos avanzando muy rápido, creo que se debe fundamentalmente al interés que tenemos todos por aprender pero también al buen trato que nos dispensan los profesores en la escuela. Hay un interés generalizado de unos y otros, y se nota, al igual que el cariño que se estableció dentro del grupo». La joven clarinetista no deja de animar a posibles nuevas incorporaciones, y como comentaba en su día el propio presidente de la Banda de Lalín, Antón Batán, «para aprender música non hai idade. Calquera momento é bo para formar parte da escola».