Una nueva mano de pintura en las galería Luis Rivas de Lalín tapó los grafitis que llenaban las paredes
13 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.La galería Luis Rivas de Lalín se pone guapa estos días con un trabajo de pintura que afecta al interior. Los techos lucen ya de un reluciente blanco y el largo pasillo de la galería que comunica la calle alcalde Ferreiro con la rúa Monte Faro pasó del color de un sinfín de grafitis a un monocorde en beis.
En los últimos años las paredes habían sido decoradas con más o menos fortuna y de las pintadas ya solo quedan algunas huellas y trazos que aún se pueden adivinar bajo la primera capa de pintura de color crema.
A estos grafitis que pasaron a mejor vida se sumaron los que en su día llenaban las paredes del antiguo Manuel Rivero, antes de que el edificio fuese derruido por la piqueta.
Al igual que pasaba con los de las galerías, había firmas, letras y dibujos más o menos amontonados, pero también algunos dibujos que denotaban talento artístico. La mano de pintura acaba con las pintadas. Algo que para unos puede ser feísmo y para otros arte, aunque no cabe duda que no todas son iguales. Lalín está llena de pintadas con más o menos acierto y la mayoría sobreviven al paso del tiempo hasta convertirse casi en clásicos.
Hace unos años, poco a poco en algunas paredes blancas de bajos de edificios de nueva construcción en su mayoría fueron apareciendo versos escritos en gallego y con la misma letra cursiva. Mensajes que despertaban en muchos casos, al menos una sonrisa. El Concello ha otorgado también en ocasiones a los jóvenes espacios donde expresarse por medio de la pintura facilitándoles la decoración de paredes en espacios públicos, como es alguna de las paredes del Espazo Xove. Hay también otras con poemas y arte al estilo Bansky que salpicaron hace tiempo las paredes de la piel urbana de Lalín.
Los temas son variados y abarcan desde el mensaje de rebeldía a la protesta pasando por la política, aunque quizás, el amor sea el tema que más se repite entre estos mensajes callejeros. Con el tempo, unos se van y otros se estrenan.