«Completar la Praza de Galicia es el mejor proyecto por hacer en Lalín»

I. U. P. / j. b. LALÍN / LA VOZ

LALÍN

MIGUEL SOUTO

Martín Toimil habla de su profesión, sus fuentes de inspiración y del trabajo «Activar el cráter» con el que ganó el concurso de un parque urbano en Lanzarote

05 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Martín Toimil Mato (Lalín 1979) llega puntual y sonriente a la Praza da Igrexa para hablar de su último proyecto, compartido con el arquitecto ibicenco Iván Torres, que ganaron el concurso Parque Urbano de Playa Honda en Lanzarote. Pero escoge el paseo del Pontiñas, «una zona verde singular», para hablar de una brillante trayectoria de proyectos, premios y exposiciones, entre los que se cuentan lugares tan dispares como China o Perú. Nos rodea la naturaleza y belleza paisajística para hablar de su éxito.

-¿Qué significa este nuevo premio en Lanzarote?

-Es un paso a otra escala de proyecto, porque hasta ahora todos los concursos, o la mayor parte de los proyectos, eran a una escala más controlada. Este tiene una escala que ya podemos decir que es de urbanismo. Incluso cambiamos circulación, transformamos zonas peatonales. Es un paso a mayor escala de proyecto.

-¿Cómo surgió la idea?

-Colabora habitualmente, o colaboramos en proyectos con Iván Torres de Ibiza, que es el arquitecto con el que participé en este concurso, entonces, a mí me encantan los concursos y también me gusta trabajar con él. Entonces yo siempre le proponía hacer concursos y fue él quien se enteró de este y me lo presentó como una opción. Lo estudiamos, lo encajamos más o menos con nuestras entregas y participamos.

-El proyecto tiene un marco de sostenibilidad en relación al agua, ¿limita la creatividad?

-No, no, para nada es un límite para la creatividad, (la sostenibilidad) es otro factor a tener en cuenta. Hay como distintos factores, uno de ellos es la sostenibilidad y pensar de alguna forma cómo puedes plantear algo que se pueda ejecutar y se pueda mantener con facilidad, aplicando la creatividad como cualquier otro factor.

-¿Qué le inspira a la hora de crear un proyecto desde cero?

-Casi siempre me fijo en los paisajes. Y soy bastante fascinado de los paisajes culturales. En Lanzarote, ellos tienen un sistema de cultivo de viñas tradicional, «enarenados»: Hacen una especie de hoyos en la grava volcánica que ellos tienen ahí, construyen a parte un muro circular, y dentro plantan una viña en cada hoyo. Este sistema de cultivo crea unos paisajes fascinantes. Y desde siempre esta fotografía, la típica de Lanzarote de paisajes, o el volcán por una parte o este tipo de agricultura y desde siempre me fascinaron estos elementos. Empezamos a trabajar el proyecto, el concepto, a desarrollarlo, pensarlo, en función un poco de este elemento que no es más que un sistema que no es más que cultivar maximizando los recursos. En este caso se plantan en un hoyo las vides para protegerlas del viento salino en Lanzarote y está como excavado para ahorrar agua. De esta forma se capta agua y es un sistema, digamos el ingenio humano sobre la naturaleza, genera estos paisajes interesantes, y este es un poco el origen del proyecto. Empezó más, quizás, en este sistema agrícola y después se transformó más a los volcanes, al cráter, al paisaje a vista de pájaro de Lanzarote.

-¿Qué espacio le gustaría diseñar o rediseñar en Galicia?

-(Ríe) Es una pregunta difícil, pero yo creo que por la repercusión que tuvo y que tiene hoy en día, poder participar en la Cidade da Cultura con un proyecto de paisajismo sería bastante atractivo en mi caso. Creo que participar en el proceso desde el inicio o desde el momento en que se empiece a redactar el proyecto, y a parte considero, desde mi punto de vista, que falta vegetación, que falta verde.

-¿Y en Lalín?

En Lalín, tengo un proyecto, que es Praza de Galicia, al lado del Concello, que me encanta y de momento simplemente hemos desarrollado como una primera fase y yo creo que completar este proyecto es como lo mejor que puedo buscar en Lalín. Completarlo sería interesante.

Martín Toimil

«De momento está profesión no está reconocida»

-¿Qué influencia tiene su formación como ingeniero agrónomo en sus propuestas?

-Creo que son dos formaciones totalmente distintas: una de ingeniero y otra de arquitecto. Son puntos de vista totalmente distintos. Entonces, por mi forma de ser, o por la parte en la que más disfruto en proyectos, es más una visión arquitectónica, más artísticas del espacio, que ingeniero, que es mucho más calculado. Ser las dos es un complemento de alguna forma. Es decir, que aunque tienes una parte artística, más conceptual, pues detrás siempre está el ingeniero que te dice «pero esto hay que ejecutarlo, esto tiene que ser económicamente viable, tiene que funcionar, tiene que tener un mantenimiento...» Pero he de reconocer que mi parte arquitectónica puede a la parte de ingeniero.

-¿Cómo surgió la idea de laND30?

-Es bastante enrevesada porque yo empecé trabajando en un estudio de arquitectura bastante grande en Madrid y estuve ahí como tres años. En un momento determinado, con las personas con las que mejor encajaba en términos proyecto, que también coincidía que éramos buenos amigos, decidimos dar el salto y crear nuestro propio estudio de Arquitectura, Paisajismo,... Éramos dos chicos arquitectos y yo. Las siglas eran un poco las letras que nos gustaban.

-¿Qué futuro tiene o por dónde pasa el futuro de la arquitectura paisajista?

-En España se están dando pasos importantes, porque de momento esta profesión no está reconocida, no hay un colegio de arquitectos paisajistas, como existen en profesiones que están consolidadas como pueden ser Arquitectura, Ingeniería,... No sé si es que no hay demanda de nuestros servicios o que todavía no estamos organizados con colegios oficiales, pero al contrario del resto de Europa todavía no se puede firmar un proyecto como arquitecto paisajista. Pero poco a poco, se ve que en determinados proyectos, concursos, se exige o se pide que en los equipos haya paisajistas dentro del equipo.

-Tras decenas de proyectos, premios y exposiciones, no solo en

España sino por todo el mundo, ¿cuál es la clave de su éxito?

-Voy a decir trabajo, pero es algo como muy recurrido, ¿no? Yo creo que sobre todo es ilusión, que me apasiona mi profesión y que me apasiona esa fase del inicio, de pensar el proyecto, de conocer dónde vas a intervenir, de entender cómo funciona el paisaje. Esa es una faceta de mi profesión muy interesante que me apasiona Y si son ubicaciones así estratégicas, que te atraen como algo determinado, como en Lanzarote, un paisaje totalmente distinto al resto de España, con todos los volcanes, que parece Marte quizás.

«El agua es bastante importante, da mucho juego en el diseño de jardines»

Toimil está inmerso en varios proyectos a la vez, en distintos momentos de ejecución. Completó sus estudios en Lisboa.

-¿Cuál es su elemento o material, imprescindible sin el que no podría diseñar?

-(Ríe) Agua. Puedo decir agua. Sí, el agua para un paisajista es bastante importante. Cómo introducir ese elemento en el diseño de un jardín, de un espacio público, siempre transmites sensaciones, consigues o reflejar o el sonido es un elemento que da mucho juego y que funciona perfecto en el diseño de jardines.

-¿Su próximo proyecto?

-Tengo en torno a diez proyectos siempre más o menos en distintas fases. Porque sabes que desde que tienes un encargo o tienes un concurso, hasta que una obra se ejecuta, pasan muchísimos años. Entonces tengo distintos proyectos en distintas fases.

-¿Qué le llevó a convertirse en arquitecto paisajista?

-Pues desde siempre tuve inquietudes por la naturaleza, por los animales. Yo soy una persona de lo rural, de campo. Entonces, desde siempre, desde pequeño, que tus padres son agricultores, te atrae este mundo de los seres vivos, de la naturaleza. En una primera fase yo me enfocaba más como agrónomo, de hecho comencé estudiando agrónomo, y después me fui a Lisboa a estudiar Arquitectura Paisajista. En ese momento a penas conocía la profesión, pero fue un poco a raíz de empezar a estudiar Agrónomos y especializarme en zonas verdes, en diseño de jardines, que descubrí que era mi vocación y por eso me fui a Lisboa a completar los estudios.