«La comida rápida saludable existe: no hay que comer mal por falta de tiempo»

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

A ESTRADA

cedida

La nutricionista Paula Mariño ofrece mañana en el Mome de A Estrada un taller gratuito de alimentación y salud

14 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El centro de salud estradense ha programado en colaboración con el Concello un taller sobre alimentación saludable. Tendrá lugar mañana viernes a las 11.000 horas en la sala Mome, con entrada libre. Será impartido por la dietista y nutricionista Paula Mariño, las enfermeras María Amosa Serto y María Francisca Leis Moledo y la enfermera residente Montserrat Seoane Bello. Paula Mariño, que además es investigadora y acaba de terminar su tesis sobre las relaciones epigenéticas entre obesidad y cáncer, avanza los contenidos del taller.

—¿Cuáles son los pilares para una alimentación saludable?

—Hoy manejamos mucha información sobre alimentación. Tanta que a veces nos perdemos. Por eso nosotras lo que vamos a dar son unos consejos muy básicos que hay que tener claros. El primero sería olvidarse de contar las calorías. Las calorías no son todas iguales. No son las mismas las del aceite de oliva virgen extra que las de una galleta o un bollo. No es lo mismo. Se aprovechan de forma diferente. El segundo consejo sería basar más nuestra dieta en los vegetales. Los tenemos muy olvidados. Aquí la ensalada es solo el acompañamiento. Estamos acostumbrados a una dieta con mucha pasta, arroz, patata, que no son malos, pero hay que tomarlos con moderación. Y por último, es básico recuperar en la dieta las legumbres, que tienen proteína vegetal muy saludable y debemos tomar varios días a la semana.

—¿Qué me dice de los azúcares?

—Es especialmente importante saber diferenciarlos. Antes de hablaba mucho de la grasa, de lo desnatado. Hoy lo peor que tenemos son los azúcares, pero unos son mejores y otros no tan adecuados. Hay mucho desconocimiento. El azúcar de la fruta entera es bueno. Si la hacemos zumo, pasa a ser azúcar libre y ya no es tan bueno y los azúcares añadidos son los peores. Todos sabemos que el azúcar de la Coca-Cola o del bollo son malos, pero con el resto no lo tenemos tan claro. Los que están naturalmente presentes son los buenos. El resto son todos malos. Estamos sobrealimentados de azúcar, que no es una droga pero tiene una parte de adicción. Nuestro paladar se acostumbra y cuanto más dulce tomamos más queremos, igual que con la sal. El exceso de azúcar se acumula en forma de grasa y, con los picos de glucosa, sobrecargamos el páncreas, que no da abasto para producir insulina y con el tiempo provoca diabetes.

—El taller también tiene una parte práctica sobre interpretación del etiquetado nutricional. ¿Qué hay que buscar en la etiqueta?

—El etiquetaje a veces no resulta sencillo. Cogemos un producto y nos podemos volver locos. Lo fundamental es no dejarse llevar por los mensajes publicitarios de la parte delantera, que ponen «Bajo en calorías», «Cero azúcares» o «Light». Eso no es lo que es el producto, sino lo que nos quieren vender. Hay que darle la vuelta al envase y mirar la etiqueta. En ella lo más sencillo es mirar la lista de ingredientes, que aparecen siempre ordenados de mayor a menor cantidad. Si vemos el azúcar de segundo o tercero, es que tiene mucha cantidad. No necesitamos ir a ver los gramos. Normalmente, cuantos menos ingredientes, mejor es el producto, menos procesado. También hay que tener en cuenta que los azúcares tienen mil nombres: dextrosa, fructosa, sacarosa, jarabe de...

—¿Abusamos de los procesados?

—Sobre todo los más jóvenes. Su dieta se parece cada vez más a la de Estados Unidos y España es ya uno de los países europeos con mayor tasa de obesidad. Tenemos que reforzar la auténtica dieta atlántica, con verdura, con pescado.... A veces se le echa la culta a la falta de tiempo, pero la comida rápida saludable también existe. Unas verduras congeladas, por ejemplo. Se puede comer sano, rápido y rico.