A Estrada se convirtió este sábado en capital de la pesca a mosca con la celebración de unas jornadas técnicas que reunieron a expertos de todo el estado y que arrastraron al Novo Mercado a decenas de aficionados.
Un total de trece expertos confeccionaron en directo moscas para la pesca de la trucha y del salmón bajo la atenta mirada del público. Algunas son auténticas obras de arte. Como las exhibidas por el montador Marcos Prado, que recrea antiguas moscas de los siglos XVII y XVIII. En su puesto se comprende la sutileza de un arte en el que hasta los anzuelos pueden ser verdaderas joyas forjadas a mano con pepitas de oro.
Plumas y pelajes de todos los animales imaginables se combinaron en A Estrada en vistosas composiciones entre las que no faltaron los montajes realistas. En ellos, Joaco L. Quintas es un experto. Sus réplicas de camarones, libélulas, mantis, grillos o saltamontes son obras de arte con muchas horas de trabajo detrás, más pensadas para la galería que para ser lanzadas al río.
Al margen de los virtuosismos de coleccionista, en la muestra hubo también talleres de confección y venta de moscas más prácticas, con materiales más asequibles pero gran efectividad para la práctica deportiva.
Los montadores tuvieron en la cita estradense un auténtico supermercado de materiales, con hilos, plumas o pelajes de todos los tipos y colores. Hubo incluso un puesto de gallos de raza leonesa criados en Porriño con el fin específico de proporcionar plumas para la fabricación de plumas de pesca.
El evento incluyó de forma paralela charlas para aprenderlo todo sobre la pesca a mosca. Jorge Rodríguez Maderal presentó el primer libro en español sobre montaje de moscas de salmón e Ismael Marina enseñó a fabricar una caña de carbono, por citar solo dos ejemplos.