A Estrada exprime sus terrazas

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

A ESTRADA

E CUIÑA

La hostelería despliega todos sus recursos para capear el cierre de interiores

16 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Si algo ha aprendido la hostelería en este año de pandemia es a capear el temporal. A Estrada estrenó este viernes el cierre de la hostelería en interiores y lo hizo con una rápida reacción de bares y restaurantes. El sector ha apostado mayoritariamente por exprimir las opciones que tiene en su mano: las terrazas, la comida para llevar y el reparto a domicilio.

Varios locales que en noviembre habían optado por bajar la reja amanecieron este viernes con la puerta abierta. «Esto se está volviendo insostenible. No podemos aguantar más cerrados porque además no sabemos para cuánto tiempo será ahora», comentan desde el sector. Los que pueden han desplegado sus terrazas hasta el máximo permitido y, pese a los seis grados de temperatura que marcaba el termómetro por la mañana, el público respondió bien. Las mesas disponibles se llenaron en hora punta y el servicio de cafés para llevar volvió a reactivarse.

Entre los restaurantes hubo reacciones de todo tipo. Algunos abrieron la terraza y otros se centraron en el servicio de comida para llevar o la entrega a domicilio. El último es el caso del restaurante Argentinos Burger. «Abriremos los fines de semana con reparto a domicilio y recogida en el local. En noviembre estuvimos cerrados, pero ahora ya no se da soportado más. Tenemos que facturar algo y además queremos retomar ese servicio a domicilio que muchos clientes echaron en falta. Para nosotros, abrir la terraza no tiene sentido. Tenemos cuatro mesas, así que el 50 % son dos mesas. A razón de cuatro personas, que es lo máximo permitido, ya te imaginas», explica Gonzalo Pose. «El sector está ahogado», asegura.

«Polo tipo de cociña e de cliente que temos non podemos traballar así»

El restaurante A Casa do Lagoeiro, en Vilar (A Estrada), reabrió sus puertas con nueva gerencia el 24 de junio. Lo hizo con buenas críticas pero con la inestabilidad inherente a estos tiempos de pandemia. Con el cierre perimetral de noviembre el restaurante tuvo que cerrar. En diciembre reabrió con dos de sus cinco trabajadores y ahora ha tenido que echar el cierre de nuevo. «Temos unha ampla zona exterior, pero non está acondicionada como terraza. Poderiamos poñer unha carpa, pero sería unha inversión máis e non están os tempos para moita inversión», explica el chef Óscar Durán. Esta cuestión fue sopesada por la empresa, pero hay otro inconveniente a mayores: el cierre perimetral. «Non é un cuberto barato e a xente a nivel económico está como está. Se temos un 50% de clientes da Estrada xa é moito. Traballamos moito con clientes de fóra e agora non poden entrar», comenta Durán. El tipo de cocina que trabajan tampoco se ajusta mucho al modelo para llevar y además enero y febrero ya suelen ser meses de poco trabajo. «Reabriremos cando haxa certas garantías. Nós precisamos dispoñer dun 70 % do aforo como mínimo para cubrir os gastos de plantilla», cuenta el chef.

«O maior problema disto é que non che deixa facer plans a largo prazo. Nós tiñamos previsto inaugurar na zona da entrada unha zona de viños e picoteo que nos estaba demandando a xente, pero xa terá que esperar», lamenta.

«Agora servimos comidas na terraza que temos cuberta e con estufas»

El restaurante Regatos, vinculado a la estación de servicio Puente Liñares, es uno de los muchos locales de A Estrada que en noviembre echaron el cierre pero que esta vez han decidido seguir trabajando aprovechando la terraza y el servicio de comida para llevar. «Entendemos que o peche vai ser polo menos ata a terceira semana de febreiro e decidimos abrir para non perder máis do que xa imos perder. Ao avisar do peche con tan pouca antelación temos moito produto fresco acumulado: carne, hortalizas, froita, verduras... O que buscamos é minimizar as perdas e tamén darlle un servizo ao cliente», explica el responsable de comedor, Iván Bernárdez. «Aquí traballamos de forma coordinada a estación de servicio, os lavados e o restaurante. Unha cousa tira pola outra», comenta. Según explica, desde junio el restaurante cuenta con una zona con una terraza cubierta con una carpa con un lateral cerrado. «Ten que ter menos de tres paramentos para que se considere terraza. Temos unhas estufas exteriores que algo axudan, pero estamos en xaneiro... Estamos pensando en poñer tamén uns radiadores eléctricos colgados», comenta. Según explica Iván Bernárdez, en diciembre la terraza se ha utilizado sobre todo para el consumo de cafés, pero ayer ya se sirvieron varios menús del día en la terraza y para el fin de semana también hay reservas. El negocio prepara además comida para llevar.