Ricky Rubio a Jordi Évole: «Cuando decidí parar en el Mundial parecía que me moría y que mi vida no tenía sentido»

La Voz REDACCIÓN

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El jugador concede a su entrevista más íntima y profunda en un especial que se emite este domingo a las 21:25 horas en La Sexta

06 jul 2025 . Actualizado a las 16:23 h.

Hace dos años puso su carrera en pausa. «Me tenía que alejar del baloncesto, pasé mucho miedo, pero era lo correcto». Ricky Rubio era en agosto del 2023 uno de los convocados por Sergio Scariolo para disputar el Mundial de Baloncesto que se iba a disputar en Filipinas. Pero en plena concentración con el equipo nacional, tomó la decisión de  renunciar a la competición. «He decidido parar mi actividad profesional para cuidar mi salud mental. Quiero agradecer todo el apoyo que he recibido de la FEB para entender mi decisión. Hoy #LaFamilia tiene más sentido que nunca», explicó entonces en un comunicado. 

En compás de espera, y tras su breve regreso al FC Barcelona el año pasado, el jugador se encuentra actualmente sin equipo. De hecho, apenas se supo de él hasta que se le vio jugando un torneo amateur con amigos en enero de este año. El base catalán se sienta este domingo con Jordi Évole en la pista del pabellón de El Masnou (Barcelona), el lugar donde empezó a jugar a baloncesto siendo un niño, para hablar como nunca antes y hacer un repaso de su vida, su carrera y su futuro. «En esta entrevista que me he desnudado. No quiero dar más entrevista porque no quiero ser el foco. Si quieren saber algo, aquí lo tienen todo», desvela Rubio en uno de los vídeos de promoción del especial de Lo de Évole que se emitirá a las 21:25 horas en La Sexta.

«Pedí ayuda como supe». Ricky Rubio habla con Jordi Évole de las sensaciones que tuvo durante aquella preparación para el Mundial de Filipinas, donde fue consciente de que algo no iba bien. «Esa tarde me venía a ver mi mujer, porque teníamos la tarde libre. Y le dije: "Me tienes que ayudar a hacer las maletas. Yo no las puedo hacer, no me puedo ir, pero me tienes que ayudar"». El base catalán había permanecido mucho tiempo alejado de las canchas debido a una lesión —en diciembre del 2021 sufrió la segunda rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda de su carrera— y a un largo proceso de recuperación. Tenía «muchas ganas de entrenar» y de disputar un nuevo campeonato del mundo. Pero su cuerpo y su cabeza dijeron basta. «Me acuerdo que en el Mundial, cuando digo "paro", parece que me muero, y que mi vida no tiene sentido». 

«Solo un pensamiento muy difícil, y no quiero para nada magnificarlo... pero una de las noches que estaba en el hotel dije: "No quiero seguir, ya no con el baloncesto, con la vida"», confiesa Rubio en la entrevista que se emite este domingo. «Puedo entender a la gente tanto que está en el momento de éxito y se ha quitado la vida como gente normal que dice que no puede seguir. Hay un momento donde todo te pesa tanto...», revela el jugador. 

 Admite Rubio que no está satisfecho de su carrera «porque nunca ha sido suficiente». Y que aunque cree que sí recuerda tener ganas de querer jugar en la NBA, no sabe hasta qué punto «estaba condicionado a tener que jugar en la NBA porque estaba triunfando». Porque aunque no se arrepiente de haber dado e paso, «ha sido una experiencia brutal que creo que aquí en Badalona no la hubiese podido vivir», siempre le quedará la duda de si quedándose aquí «la persona hubiese sido más feliz».

Por su forma de ser, porque le cuesta mucho abrirse y conectar, nunca llegó a hacer amigos en su paso por Estados Unidos, «son compañeros». Tampoco se enamoró de su cultura ni de sus tradiciones. «Muchas veces en los vestuarios se hablan cosas que no tienen sentido, de qué coche llevas... ¿De verdad voy a competir contigo por tener un coche mejor? No me hará mejor persona a mí», reflexiona el jugador, que no sentía cómodo en aquel ambiente, aunque se llegó a crear su propio personaje. «Al final tienes que aparentar. Recuerdo que estando en un tiro libre y un jugador del equipo contrario, que es conocido y ha triunfado, y me dice: "Tío, te voy a dar un consejo. No enseñes en la prensa ningún punto débil tuyo. Aquí todos somos tiburones y cuando olemos sangre, vamos a por ti», cuenta Rubio. «Ellos han convertido a la NBA en un show, en un business, han dejado el amor del baloncesto». ¿Qué se lleva de su experiencia en Estados Unidos? «Lo que no haría, no lo que haría».  

Sobre su relación con el éxito y el fracaso, Ricky explica que su autoexigencia es tan enorme que se transforma en «autosabotaje». «Ganar era que lo habías hecho todo bien y perder que lo habías hecho todo mal». Le recuerda Évole el momento en el que fue nombrado mejor jugador del campeonato durante el Mundial del 2019. «No estoy eufórico porque para mi no es suficiente. Y cuando estoy recibiendo el premio digo es que soy un farsante, yo no me merezco esto». 

Recuerda cómo fue debutar con 14 años con el Joventut de Badalona, entrando en un vestuario profesional a una edad tan temprana. Y tiene un recuerdo para Lamine Yamal.  «Se le está dando una responsabilidad a un niño que igual aún no está preparado. Porque parece que porque juegues bien al fútbol, en este caso, tenga que saber manejarlo todo. ¿Le están formando y preparando suficiente para saber eso?».

Rubio se abre también con Jordi Évole sobre su vida personal. Cuenta cómo vivió la paternidad en medio de la temporada de la NBA y lo distinto que lo gestionaría ahora. Y se emociona al recordar a su madre, Tona Vives, un pilar fundamental en su vida, a la que perdió en el 2019, a causa de un cáncer de pulmón. Un golpe muy duro que, según confesó en su momento, le impedía seguir rindiendo al máximo nivel. «Mi mente estaba muy lejos y pensaba mucho en ella. Cuando alguien que amas muere, es como si una niebla te envolviera. Así fue para mí. La primera temporada tras su pérdida, me despertaba y pensaba en llamarla. Incluso le envié mensajes de texto a veces. Sentí que me estaba volviendo loco, como si estuviera hablando conmigo mismo». 

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Ricky Rubio es una de las estrellas más destacadas de la historia del baloncesto español. A los 34 años y después de haber jugado doce temporadas en la NBA, acumula unas estadísticas y un palmarés impresionantes tanto a nivel de clubes, como con la selección nacional. Además, ha batido numerosos récords de precocidad, como el de ser el jugador más joven en debutar en la ACB, a la que llegó con 14 años, o el de ser el jugador más joven en ganar todos los títulos posibles en Europa. Rescindió su contrato con su equipo de la NBA, los Cleveland Cavaliers, hace más de un año y tras un breve regreso al Barcelona, no ha vuelto a jugar en la élite. ras su breve regreso al Barcelona la temporada pasada, no ha vuelto a jugar en la élite.

 Lo de Évole, con un 8,8% de cuota y cerca de 1,2 millones de seguidores de media, finalizó su temporada el pasado mes de marzo y repitió por 6º curso consecutivo como el programa más visto de la temporada en laSexta.