El extremo del Chelsea, relanzado por su brillante actuación contra Francia en cuartos, es la gran esperanza de la sorprendente Ucrania para revertir el favoritismo de España en semifinales
04 jul 2023 . Actualizado a las 16:58 h.Ocho días después de verse las caras en el último encuentro de la primera fase, España y Ucrania vuelven a medir sus fuerzas por un puesto en la final del Europeo sub-21 (21.00, La 1). El gol de Abel Ruiz en el minuto 90 de aquel partido disputado en el Giulesti Stadium sirvió para que La Rojita certificase su pase a cuartos de final como primera de grupo en un choque que vino marcado por las rotaciones, ya que ambas selecciones llegaban a la cita con la clasificación en el bolsillo y aprovecharon para repartir minutos y dosificar esfuerzos. Pero el envite de este miércoles en el estadio del Steaua de Bucarest adquiere un relieve muy diferente. En liza está ni más ni menos que un lugar en la disputa decisiva para suceder a Alemania en el trono de la categoría. Caza mayor tanto para Santi Denia, quien persigue la triple corona después de reinar en el Viejo Continente al mando de la sub-17 y la sub-19 españolas, como para Mykhailo Mudryk, el hombre llamado a ocupar la vacante que dejó disponible hace más de una década Andriy Shevchenko como indiscutible figura futbolística de un país desgarrado en la actualidad por la guerra que mantiene con Rusia.
El veloz atacante nacido hace 22 años en Krasnohrad, una pequeña localidad situada a unos cien kilómetros de distancia de Jarkov, convive con el peso de las expectativas desde que el Chelsea pagase 70 millones de euros más otros 30 en variables para sacarle el pasado mes de enero del Shakhtar Donetsk. El objetivo era convertirle en uno de los estandartes del nuevo proyecto de Todd Boehly, pero sus primeros meses en Stamford Bridge dejaron con mal sabor de boca a la parroquia blue. El extremo del que Igor Jovicevic, su técnico en el Shakhtar, afirmaba que tenía «más argumentos ofensivos que Vinicius» cerró su primer semestre en el norte de Londres con un pírrico bagaje de dos asistencias y ningún gol en los 747 minutos que disputó repartidos en 17 encuentros. Solo fue titular en ocho choques, un signo de la escasa fe que le tuvo Frank Lampard y su lenta adaptación al fútbol inglés.
La pesadilla de Mudryk se trasladó este verano a Rumanía, donde llegó con molestias musculares que le privaron de participar en los tres enfrentamientos de la fase de grupos. Sin embargo, Ruslan Rotan le entregó el bastón de mando en cuartos de final frente a Francia y la respuesta del rubio fue de altura. Provocó con un extraordinario recorte en el área el penalti que le permitió a Sudakov neutralizar desde los once metros el gol previo de Cherki. Y después sirvió un gran envío desde su campo que le permitió de nuevo a Sudakov plantarse solo ante el cancerbero galo para consumar la remontada que metió a la sorprendente Ucrania en sus segundas semifinales de un Europeo sub-21. De que se mantenga la buena sintonía entre el futbolista del Chelsea y el máximo realizador del torneo depende en buena medida el sueño ucraniano de superar a una España que parte con la vitola de favorita, pero sabedora de que tendrá que volver a sudar la gota gorda para alcanzar la que sería su novena final en un Europeo sub-21.
Los pupilos de Santi Denia sufrieron más de lo previsto el pasado sábado para lograr acceder a semifinales contra la ulcerosa Suiza, que volvió a exponer con un gol en el descuento las vulnerabilidades defensivas de España que ya había puesto de manifiesto Ucrania cuatro días antes. Miranda salvó los muebles en la prórroga, pero La Rojita necesita mejorar en esa parcela para no llevarse un disgusto contra los ucranianos.
Denia tiene a todos sus futbolistas disponibles y todo apunta a que reeditará el once con el que encaró a Suiza, siendo Sancet el único que repetiría respecto a la alineación que se batió de inicio hace ocho días con Ucrania. Así las cosas, el faro ofensivo volverá a ser Abel Ruiz, que igualará a Gerard Deulofeu como el jugador que más veces ha defendido la camiseta de la selección española en el periplo que va de la sub-17 a la sub-21 (85). Una vez conseguido el pasaporte para los Juegos Olímpicos de París 2024, La Rojita tiene ahora puesto el foco en el segundo de los objetivos con los que aterrizó en el Europeo-21: levantar por sexta vez el título y romper las tablas con Italia en lo más alto del palmarés. Pero para estar el sábado en el Batumi Arena de Georgia, sede de la final, antes tendrá que pasar por encima de la Ucrania de un Mudryk que llega con las garras bien afiladas. No es poca cosa.