Laporta, el tío palancas

Xosé R. Castro

DEPORTES

DPA vía Europa Press | EUROPAPRESS

08 ago 2022 . Actualizado a las 10:30 h.

«Pan para hoxe e fame para mañá». El refrán gallego resume la filosofía de Laporta para el Barcelona. Con las famosas palancas (ventas de activos, en realidad), el presidente culé busca un ejercicio de funambulismo financiero para encontrar una vía que le permita revivir al club a nivel deportivo y encontrar vericuetos legales que le lleven a sortear el fair play financiero.

La operación está llena de riesgos, y no parece la mejor muestra para hablar de ejemplaridad en el fútbol español. Primero porque, a día de hoy, los culés todavía no han podido inscribir a ninguna de sus estrellas a cinco días vista del inicio de temporada.

Segundo, porque Laporta está hipotecando al club para las próximas décadas. Que si el 25 % de los derechos audiovisuales, que si el 49 % de Barça Studios, que si un apellido para el Camp Nou por los siglos de los siglos... Todo, después de criticar y rechazar el acuerdo mayoritario con CVC, dejando claro que ellos juegan otra liga también en lo económico pese a que el club está en la ruina. En causa de disolución con sus números rojos en la mano.

Y tercero, este tipo de recursos solo los pueden utilizar los de siempre, lo que confirma que, al menos, 17 clubes no juegan con las mismas cartas pese a compartir liga y, a veces, cosas del fútbol, darles más de un susto a los grandes. Ahí está el Betis, que no puede utilizar como palanca un tanto por ciento de sus abonos (en otra maniobra arriesgada), o el Celta, que finalizó la temporada en positivo y tiene remanente para afrontar fichajes por valor de 10 millones, pero cuyo tope salarial está más que justo.

Dice Laporta que el apartado competitivo no puede esperar y que el Barça necesitaba un aluvión de fichajes de primer nivel para volver a ganar títulos sin detenerse a pensar que ningún talonario certifica éxitos y que su legado puede ser tan nefasto como el que recogió de Bartomeu, lo que confirma que, en el fútbol, todo vale. Por mucho control que exista.