Carácter y precisión, las diferencias

Manuel Piñero

DEPORTES

PAUL CHILDS

Europa ganó ante un rival amilanado al jugar con ambiente en contra y sin acierto en un campo exigente

01 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Así es la Ryder Cup, un evento diferente a todos. Llegó Estados Unidos a París con vitola de favorito, pero ese cartel no vale para el duelo contra Europa. Los tres días de emocionante espectáculo en Francia confirman las claves que nos hacían tener esperanzas en el equipo capitaneado por Thomas Bjorn.

el AMBIENTE

A los americanos, habituados a jugar en casa, les pudo la presión

Europa tiene un equipazo, por mucho nivel que tengan los norteamericanos. Y ese nivel teórico de Estados Unidos se resiente en un evento como la Ryder, en el que se debe demostrar el talento bajo una enorme presión ambiental y del público, que nada tiene que ver con cualquier torneo. La diferencia está en que los americanos apenas salen una o dos veces al año a competir fuera de su país. Están acostumbrados a jugar arropados, en los torneos del PGA Tour, y en la Ryder deben lidiar con una sensación diferente. Tiger representa esa debacle, irreconocible después de su mejoría reciente y en la que, desde siempre, no es capaz de encontrarse.

Un campo técnico

Un recorrido para pensar, en lugar de pegar tanto

El Golf National lució como el campazo emblemático que es. Un recorrido técnico, que premia a los golfistas más precisos, que mantienen la bola en juego en todo momento. Exige pegarle muy bien a la bola. En esas condiciones, si te vas al rough lo pasas mal. Bombarderos como Bubba Watson y Dustin Johnson han encontrado muchas dificultades para mantenerse en calle, justo lo contrario de artistas como Molinari, Sergio García e incluso Jon Rahm, un pegador que sabe poner la bola donde debe y, aunque en los dobles no consiguió buenos resultados, creo que estuvo a un buen nivel, como refrendó en su individual ante Tiger Woods. Los americanos podían haber disputado el Open de Francia como preparación, pero no lo hicieron, salvo Justin Thomas, precisamente su jugador más inspirado en esta Ryder.

LA ESTRELLA DE LA SEMANA

Molinari, un genio

Francesco Molinari se confirma como una máquina en match play. Es muy difícil ganarle en este formato, en el que la clave es ir golpe a golpe con precisión, para no dejar nunca margen al rival, más que buscar birdie tras birdie. Tiger soñará con él después de que le superase varias veces en París.

Como en el pasado Seve Ballesteros o Chema Olazábal, Molinari encarna el espíritu europeo de la Ryder. Nunca se arruga ante la fama de un rival. Como su compañero del viernes y el sábado, Tommy Fleetwood, un debutante con un bagaje extraordinario y que exhibió el espíritu de equipo necesario para liderar al resto hacia un triunfo que en la primera sesión del fin de semana no estaba tan claro.

Bjorn acertó con las invitaciones y los españoles participaron en la puntilla

El triunfo de Europa comenzó a fraguarse en las elecciones de los capitanes. Los invitados de Thomas Bjorn resultaron claves

?Sergio García (3 puntos), Henrik Stenson (3), Ian Pulter (2) y Paul Casey (1,5)?, mientras que los rescatados a última hora por Jim Furyk fueron casi irrelevantes ?Tony Finau (2), Tiger Woods (0), Bryson DeChambeau (0) y Phil Mickelson (0)?.

Entre los elegidos por Bjorn destacaron jugadores de Ryder como Poulter, un líder que transmite, se crece con la presión y se mete al público en el bolsillo. Otros son muy fuertes durante la temporada, pero se arrugan debido a la atmósfera del clásico duelo intercontinental.

LA debacle americana

Thomas se salva de la quema

Me defraudó casi todo el equipo norteamericano, fundamentalmente Patrick Reed, un jugador de match play, que, pese a ganar su individual de ayer, tampoco estuvo a su nivel en París. Ni Dustin Johnson, ni Rickie Fowler... Ni tampoco Jordan Spieth, como vimos en su duelo contra Olesen. Solo salvaría a Justin Thomas entre los estadounidenses.

DEBUTANTEs

Bravo por Rahm

Europa ganó pese a contar con cinco debutantes en la Ryder. Pero es que Fleetwood o Jon Rahm son auténticos fenómenos. El vasco no lo hizo mal los primeros días, aunque no llegasen los puntos, y creo que debió ser alineado en los foursomes del sábado con García, en busca de esa complicidad. Pero ayer, a la hora de la verdad, completó un partido sensacional ante Tiger Woods.