Ronaldo o el eterno insatisfecho

josé m. fernández REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

GABRIEL BOUYS | Afp

Una vez más, ha deslizado a su entorno su intención de abandonar el Madrid por no sentirse valorado, pese a que el año pasado firmó un contrato hasta el 2021

16 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Cristiano Ronaldo vuelve a tensar la cuerda. Al portugués ya no le llega con el premio de la FIFA o el inminente Balón de Oro para saciar su ego. Al parecer, quiere irse del Real Madrid. Otra vez. O en su defecto, reclama una nueva renovación de su contrato, un acuerdo que vuelva a colocar sus emolumentos por encima de los de Messi o Neymar. El discreto arranque liguero y los problemas con Hacienda siembran de incógnitas su futuro. Sobre la mesa, de nuevo, la episódica petición de buscarle una salida, justo una semana después de exhibir sus conocidos gestos de desaprobación -¿insatisfacción?- sobre el césped cuando no es él el que marca o de que Sergio Ramos se refiera al portugués de esta forma tras el partido frente a Las Palmas: «Esa ambición que siempre ha tenido le hace irse un poco más vinagre a casa porque no marca. Pero sabemos cómo es y sabemos vivir con su forma de ser, que luego nos da muchísimo». ¿Hasta cuándo?

El contrato

Renovó el año pasado hasta el 2021

El enésimo berrinche de Cristiano Ronaldo. Su entorno señala sin ambages que el portugués quiere irse, incluso apuntan que ya se lo comunicó a Florentino Pérez, que, al parecer, no se quiere dar por enterado. ¿Los motivos? No se siente valorado, al menos eso es lo que desliza a su entorno. Con el premio de la FIFA como mejor jugador del año y en vísperas de recibir el quinto Balón de Oro, Cristiano cree que el mejor jugador del mundo debe ser también el mejor pagado. El problema es que el actual contrato lo firmó hace un año y finaliza en el 2021, cuando el delantero portugués ya tendrá 36 años. Provocar una nueva ampliación, solo doce meses después del último -le reporta unos 25 millones de euros al año- solo parece responder al capricho, los celos o un nuevo enfado con un entorno que le recuerda sus desaires, sus errores. Y como telón de fono, sus problemas con la Agencia Tributaria.

Las quejas

Pide más respaldo del club

Sucede de forma periódica. No ha sido la primera ni será la última vez. Desde su llegada al Real Madrid, en el verano del 2009, Cristiano Ronaldo se ha quejado en varias ocasiones de la falta de cariño, de no sentirse valorado por una entidad que suele responder a sus demandas con una mejora de su contrato. En el 2012 se quejaba de que su club no le respaldaba en su pelea por el Balón de Oro, en el 2015 amenazó con la fuga tras propagarse el vídeo de su fiesta de cumpleaños, el final de la temporada pasada coincidió con la filtración a la prensa lusa de que quería abandonar el Real Madrid. En este último enfado tuvo mucho ver que la acusación de cuatro delitos fiscales entre el 2011 y el 2014, que acumulan un fraude de 14,7 millones. Como en ocasiones anteriores, CR7 cree que el club no le respaldó como debía. Del «quien nada debe nada teme» ha pasado a creer que sus problemas fiscales pueden costar más de 20 millones de euros. De hecho, hace unos días se supo que había reforzado su defensa con la contratación del bufete que en su día fundó Cristóbal Montoro.

Agravio comparativo

Ya ha dejado de ser el mejor pagado

Cristiano Ronaldo quiere recolocarse tras el tsunami provocado por el PSG el pasado verano. Para empezar, el conjunto francés desembolsó 222 millones por Neymar y 140 por Mbappé. El primero ha superado claramente los ingresos de Ronaldo (se habla de que cobra 35 millones anuales) y Messi tiene sobre la mesa un nuevo contrato que le reportará unos 40 millones. Además, a Cristiano no le gustaron demasiado los flirteos del Real Madrid con Mbappé, algo que parecía poner en cuestión su papel en el campeón de Europa.

La temporada

Pocos goles y muchos gestos

El delantero portugués ha marcado 6 goles en la Champions, pero solo uno en la Liga, donde el Madrid no puede permitirse más despistes. Tras la sanción por empujar al colegiado durante la Supercopa, las reacciones de Cristiano son escrutadas de forma minuciosa. Lo sabe y no se siente cómodo, tampoco con unos compañeros que en vez de defender su actitud han optado por la resignación. «Ronaldo es así». Otra coartada para deslizar a su entorno su petición de cariño. O quizá, a sus 32 años y con el Madrid huérfano de delanteros, la última posibilidad de manejar su futuro con ventaja.