Esta muñeca ya tiene plan

Pablo Gómez Cundíns
pablo gómez A CORUÑA / LA VOZ

DEPORTES

ANGEL MANSO

El equipo coruñés confía parte de sus anhelos al talento de este escolta que triunfó como universitario

27 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El domingo a las seis de la tarde, Azpeitia espera al Leyma Coruña. Una temporada más, el equipo naranja se ve impulsado a superarse a sí mismo, con la ACB como horizonte alcanzable. Al timón, Gustavo Aranzana. Y como elemento base en los cimientos de la ambición, Trevor Cooney (Wilmington, Estados Unidos, 1992), un escolta de 193 centímetros de estatura, 90 kilos de peso y una muñeca que parece tener la fórmula para enviar el balón dentro del aro.

Su acierto anotador le ha catapultado en su primera pretemporada seria como profesional. Es cierto que ya había sido un refuerzo previo a la Liga en el Baskonia del 2016 y que gozó de una breve oportunidad en el SC Rasta Vechta alemán y que en ninguno de ellos cuajó, aunque dejó buen recuerdo. Pero ahora las cosas son diferentes. Al menos, así lo percibe él. «Yo diría que ellos me dieron una gran oportunidad, pero realmente tenían otros planes. Yo tenía experiencia en el baloncesto americano, pero realmente era un rookie, era mi primera temporada como profesional. La competencia era dura. Pero ahora es diferente, vengo ya desde el inicio, en la construcción del equipo, tengo un contrato. Me siento más confiado y cómodo», avanza.

Lo corrobora su compañero de vestuario, Jorge Sanz: «Es muy abierto. Aunque no controle aún el castellano, está yendo a clases. Se mete rápido en la dinámica del grupo, se interesa por cosas». Sanz considera que «el Leyma aspira a estar lo más arriba posible y tiene un equipo muy compensado». Cooney refuerza esta idea: «Antes de venir, estaba informado de lo que sucedía en el baloncesto español, ya sabía que el Leyma jugó los play off y sus aspiraciones. Y cuando ves que el equipo se quedó tan cerca del ascenso, dices: ‘Yo quiero ayudar a ese equipo. Quiero ser ese jugador que ayude a ese equipo a ganar partidos’».

Gustavo Aranzana insiste: «Sabe que viene a colaborar con el equipo y como referente mismo. Pero habrá días que no esté o que tenga que ayudar en tareas defensivas, que era también otra de nuestras dudas cuando lo fichamos, cómo aceptaría el rol en el trabajo defensivo, porque muchos jugadores que llegan con un gran balance ofensivo, luego atrás se dejan llevar. Y no ha sido así, para nada. Le estamos viendo muy comprometido en el trabajo defensivo grupal, lo que es una buena noticia».

Compromiso en la cancha e integración en la ciudad

Trevor Cooney lo fue todo en Syracuse y en la NBA-G-League con los Long Island Nets, lo que contribuyó a forjar su liderazgo en pabellones con 25.000 espectadores. El Baskonia se fijó en él para una pretemporada y acabó quedándose. Alemania le dio otra oportunidad a medias, interrumpida por conflictos en el Rasta Vechta. Su lectura es positiva: «No fue una decisión dura dejar Estados Unidos. Voy acumulando experiencia. Me gusta España y estoy feliz de haber vuelto. Estoy agradecido al Leyma. Llevo apenas un mes y lo estoy disfrutando mucho».

El entrenador, Aranzana, tiene claro lo que espera de Cooney: «Es un jugador que tiene muchísimo talento ofensivo, con una capacidad de generar espacios y anotar tremenda. Asume la responsabilidad. Aquí va a ser un referencia en la línea exterior y le vamos a buscar. Le gusta anotar, es tirador, puede jugar pick and roll, va para adentro. A veces tendrá que limitar los buenos y malos tiros, la toma de decisiones. Eso irá aprendiendo».

Cooney acepta el reto: «No me preocupa ni le tengo miedo a tener que tomar la responsabilidad, asumir los tiros importantes, el último tiro. Soy un jugador de equipo e intentaré no solo tirar mucho, sino tirar adecuadamente, elegir los tiros correctos». También vincula el aspecto deportivo y el personal en su estancia en A Coruña. «El Leyma es un buen equipo para mostrarme y progresar. Quiero ser mejor cada día, ayudar al equipo y crecer junto a él. No suelo, ni me gusta, pensar en el futuro muy lejano. Estoy muy a gusto con mis compañeros y el cuerpo técnico. Y me encanta la ciudad, incluso con la lluvia. Para mí, esto es buen clima. Donde nací yo en Estados Unidos nieva... La gente es muy amable, así que realmente no puedo pedir mucho más. Es perfecta. Quiero conocer algo más de Galicia», asegura, aunque mantiene la élite europea como objetivo personal.